Desde que venimos a este mundo, después de la ardua tarea de convertirnos en una persona partiendo de una célula apencada en la pared del útero de nuestras madres; nuestra característica más sobresaliente es la curiosidad. Sin embargo esa característica es perdida a lo largo de los primeros años de escolarización y muy mal vista de mantenerse por mas tiempo. Incluso existen advertencias a modo de dichos populares del tipo “La curiosidad mató al gato”.

Por suerte hay espacios de curiosidad que las sociedades mantienen y a cierta edad incluso incentivan, facilitándonos información en forma de libros, publicaciones, ilustraciones, fotografías, monumentos, redes de entretenimiento, y hoy de comunicación global (internet); para acercarnos a retazos del saber y saciar nuestra curiosidad. Pero como si se tratara de una búsqueda del tesoro en el Laberinto del Minotauro, no todas logramos llegar a ella. Por falta de recursos, oportunidades o formación muchas somos excluidos. Es... Continuar leyendo