En la Argentina ya se repartieron más de 4 millones de computadoras,
y crece el número de docentes que se capacita en su uso pedagógico.
Pero todavía son pocos los que les sacan todo el provecho. Qué falta
para dar el salto.
Ya está. Ya pasó el tiempo de la especulación, de los análisis
previos, de los pronósticos. Las computadoras, las netbooks y todo tipo
de dispositivos digitales ya forman parte de la vida de
los estudiantes argentinos y sus docentes. Se “colaron” en el aula,
entre las tizas y los cuadernos y, de a poco, van modificando las formas
en que se enseña y se aprende en nuestro país.
A los dispositivos ya presentes en los hogares, se sumaron los más de 4 millones que
entregaron los gobiernos, tanto el nacional como los provinciales, a
través de los diversos planes de promoción del uso pedagógico de la
tecnología. “Ahora los docentes se sienten mucho más convencidos de que
las propuestas educativas tienen que incluir tecnología. Hay consenso, esto antes no pasaba”, dice a Clarín María
Teresa Lugo, coordinadora de Proyectos TIC y Educación en IIPE Unesco
de Buenos Aires. Pero advierte que donde aún hace falta trabajar es en cómo usar la tecnología para la enseñanza.
Lugo
afirma que en la Argentina se han implementado buenas iniciativas de
capacitación docente relacionadas con la tecnología, como el postítulo
en Educación y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Educación –en el que
ya participan más de 40.000 docentes-, pero que habría que “profundizar estas iniciativas y brindar más información a los docentes sobre las diversas instancias de formación”.
La especialista también destaca otros “cuellos de botella”. Por ejemplo, el de la reparación y el mantenimiento de los equipos.
Cualquiera que tenga un hijo en edad escolar y haya recibido una
netbook en el colegio sabe el enorme déficit que hay en este sentido.
“En Uruguay, esto lo resolvieron bien, a través de una red de
voluntarios”, dice Lugo.
A esto hay que añadirle los problemas de conectividad
que tienen muchas de las escuelas públicas. Una computadora que hoy no
está conectada a Internet es muy limitada para fines educativos, por más
que ya venga cargada con softwares pedagógicos muy útiles.
Y si bien las distintas iniciativas oficiales pusieron énfasis en la capacitación docente, se desatendieron a los directores e inspectores,
figuras que resultan fundamentales para impulsar un proceso de cambio,
especialmente en un sistema tan complejo como el educativo. “Para
liderar el cambio, el director necesita también formación en nuevas
tecnologías y esto está faltando ”, dice Lugo.
Paula Perez,
directora general de la Fundación Evolución, pone el foco en el déficit
en cuanto a los ámbitos que tienen los docentes para compartir sus experiencias. “Sucede en todos los ámbitos profesionales, pero también y mucho en el educativo. Se ve muy poca actitud de los docentes por compartir, y esta es precisamente una de las habilidades del siglo XXI
en la que se debe trabajar. Cuando los docentes van a un portal
educativo, normalmente buscan información, son muy pocos que lo hacen
para compartir sus experiencias”.
Si bien no hay estudios
específicos que vinculen el uso de dispositivos digitales con la mejora
en la calidad de la enseñanza, lo que sí está comprobado es que la
tecnología motiva a los alumnos, los acerca a sus intereses, los
conectan con el mundo contemporáneo. Y todo esto junto sí genera mejor predisposición al aprendizaje.
“La tecnología puede catalizar cambios de fondo. Desde el punto de vista pedagógico, puede contribuir a enseñar más, mejor y distinto.
Ese es el desafío”, dice Lugo, y agrega que “está comprobado que con
tecnología sube el interés y esto es muy importante para la retención de alumnos en la escuela media.
Las últimas investigaciones muestran que una de las causas más
importantes por las cuales los pibes dejan la escuela secundaria no es
la pobreza –como se cree-- sino el desinterés. Hay ahora una alta brecha de expectativas,
entre lo que los pibes creen que la escuela les puede dar y lo que
efectivamente reciben. Con la tecnología se achica esa brecha, porque
les brinda una conexión con lo contemporáneo y existe una mayor
amigabilidad con la cultura juvenil. También tiene un efecto social, porque permite mayor inclusión y democratiza el conocimiento, y hay razones económicas: el mercado laboral del siglo XXI demandará estos conocimientos”.
“Todavía
es muy pronto para hacer estudios sobre el impacto del uso de la
tecnología en la calidad de la educación. Ahora se están produciendo
fuertes cambios en el acceso a la infraestructura, la conectividad y la
capacitación. Una vez que todo esto esté resuelto, sí se podría encarar
esos estudios”, agrega Perez.
Para innovar en el aula no hace
falta usar necesariamente tecnología, pero las computadoras, los
celulares, las redes sociales son herramientas que invitan a los
docentes al cambio, a trabajar de un modo distinto, a adaptarse a las
necesidades de los alumnos. “Desde las políticas públicas, hay que
profundizar la capacitación docente y generar más portales educativos
--dice Lugo--.Los docentes también tienen que animarse a experimentar.
Hay muchas ofertas de capacitación, hay que animarse”.
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IDEAS PARA POLÍTICAS PÚBLICAS
En uno de sus últimos libros acerca de los desafíos de la educación argentina (Caminos para la educación...),
el director del Programa de Educación de CIPPEC Axel Rivas, junto a las
especialistas Florencia Mezzadra y Cecilia Veleda, dedican un capítulo
completo al desafío de incorporar la tecnología en el sistema educativo,
con el fin de lograr innovaciones que generen mejores aprendizajes.
Allí se ofrecen diversas opciones para implementar como política educativa. Son las siguientes:
* Crear un área específica en el Ministerio de Educación dedicada a las nuevas tecnologías educativas.
* Lograr alcanzar el piso tecnológico de conectividad universal en las escuelas.
* Crear un programa de recepción crítica de los medios y las tecnologías.
* Diseñar un portal educativo provincial con recursos pedagógicos e información para la comunidad educativa
* Desarrollar un capus educativo virtual* Compra y distribución de pizarras interactivas para la enseñanza
* Crear un dispositivo de conocimiento para los docentes: la tableta electrónica pedagógica.
* Realizar una convocatoria para que los docentes presenten los recursos educativos digitales desarrollados por ellos mismos.
* Promover la construcción de portales y blogs escolares* Crear listas de correo electrónico para docentes y alumnos.
* Potenciar la enseñanza y el aprendizaje en base a la analítica.
* Sistema integral de gestión de la información educativa.
* Sistema de capacitación docente ampliado: la oferta virtual.
* Concursos de emprendimientos educativos innovadores.
En Twitter: @RicBraginski