En realidad esta nota versaba sobre patentes y una discusión de 27 mail con Richard Stallman y algunas de las hackers más grosas de este lado del mundo, alrededor de la Licencia de Producción de Pares y su posible uso en UTUTO.

En medio de esta lucha por dar forma periodística a la crónica de esta discusión, la explicación de las cuestiones éticas que implica no tener una posición marcadamente anticapitalista, mi desilusión de que Stallman, una de las mentes más claras de los últimos tiempos, no comprenda estos planteos estructurales y sus consecuencias éticas. Recibo un mail de una amiga que me dice “ publicaron las compas de M.A.F.I.A unas fotos de Salta, porque no escribís algo. Vos que caminaste entre los cadáveres de los algarrobos rojos?”.

Estos echos aparentemente inconexos dieron por resultado la pregunta y la desilusión.

La respuesta a si el software libre sirve para algo más que manejar una computadora o emular aplicaciones analógicas en un escritorio virtual es en sí frustrante. El software libre es sólo eso software: hecho por gente como las que hacemos UTUTO, o Telegram, o Firefox, o lo que se les ocurra para colgarlo en la red y puedan usarlo libremente todas aquellas que puedan acceder a la red y por ende a nuestros servidores.

Las que como yo hace treinta años vimos en la promesa del software libre una forma de enfrentar el capitalismo, hoy vemos a ese capitalismo copado por soluciones de software libre o esa cosa llamada Open Source que vino a hacer la profundización de esta revolución iniciada por el software libre en algo casi imposible.

Hace años que participo en las listas del software libre desde la que usa la FSF hasta la del Anillo de la USLA (Usuarios Software Libre Argentina), pasando por la del Hacklab de Barracas, Ututo, Musix, y la lista sigue convirtiendo mi correo en una maraña de discusiones textuales a nivel global. En las listas hacktivistas venimos discutiendo qué modificamos; y si bien puedo decir que hemos modificado muchas cosas en la conciencia humana, impuesto una cultura de resistencia comunitaria, formas de pensar, de hacer filosofía, de hacer pedagogía; también debo reconocer como muchas otras antes que yo, que todas nuestras ideas y desarrollos han sido cooptados por formas más liberales (en el sentido económico) como el Open Source o directamente por las formas del capitalismo.

Hoy mientras recorría las imágenes que me trasportaban a mi propio recorrido por montes, arrasados, campesinas asesinadas, aún antes de ser acribilladas o acuchilladas por las sicarias; pensaba cuánto tiempo podemos resistir un sistema que nos ha vencido; sin dudas, en todos los frentes.

Richard decía en el primer mail “La licencia “peer-production” no es libre, véase

http://gnu.org/licenses/license-list.html.

Tengo esperanza que Ututo no la adopte.”

Y Hellekin -otra hacker de este cono sur- completaba la idea “La PPL encierra a la usuaria adentro de una visión económica marxista, reduciendo el argumento ético y filosófico inclusivo (tal sostenido por la GPL) en un argumento materialista de intercambio de mercancías. Pero el software no es mercancía que se lleva una al detrimento de la otra, sino un proceso en desarrollo que se amplifica y se diversifica con más uso y más transformación. Además tal visión eliminaría el asunto propio de la libertad del software de considerar a la usuaria como una sujeto única, semejante a la sujeto de los Derechos Humanos: si hay distinción
entre tipos de usuarias, falla el propósito de la igualdad de las usuarias frente al software, como antes la ley”.

Yo creo que tanto Stallman, prisionera de su idiosincrasia estadounidense como Hellekin se equivocan en sus planteos con respecto a la Licencia de Producción de Pares, esta licencia plantea simplemente una negación a integrar las instrumentaciones del capitalismo.

Dista bastante de reducir el problema a una mirada marxista, ya que la existencia de un modelo, como el capitalista que se basa en la acumulación, la represión de las excluidas, y las desposeídas, el asesinato de poblaciones enteras para lograr los mayores beneficios es indiscutible y sólo nos basta encender el televisor, acceder a la red o como en mi caso caminar por los caminos rurales.

Cuando se habla de No-Capitalista; fundamentalmente no se está hablando de mercancías para eso hubiese bastado simplemente mantener el No-Comercial. El No-Capitalista se refiere a una idea, un argumento ético donde se está diciendo este software o esta obra y sus derivadas han sido desarrolladas por una comunidad de pares para ser utilizada por las comunidades en beneficio de todas y ayudar a mejorarlo, para la mayor inclusión. Se está diciendo: “este software no apoya su utilización en la maquinaria de explotación y represión que financian las corporaciones para lograr mayores beneficios y acumulación”. El problema del software libre ante el capitalismo no es lograr ser vendido en las góndolas, o los mercados virtuales; es ser utilizado como otra pieza más de explotación y de instrumentación de este modelo de muerte.

Porque no es casualidad que Red Hat , Microsoft , Monsanto, y podemos seguir experimentando buscando holdings en los sitios de finanzas y directorios y encontrarnos con las mismas empresas, los mismos grupos y las mismas personajes apostando a esos desarrollos a un lado y el otro del tablero. El capitalismo no castiga a sus hijas, las premia malcriándolas y ellos juegan con las vidas ajenas. En el capitalismo sólo existe una libertad y es la del mercado. Sos libre en tanto puedas pagar por esa libertad, sino sólo sos un número que se contabiliza como conejilla de indias  o para llenar formas que justifiquen sus gastos. Entonces; ¿podemos decir que cuando defendemos no incluir la Licencia de Producción de Pares defendemos la libertad?

El modelo que todas critican pero nadie se decide a patear en el culo, juega muy bien este juego de leyes y licencias, incluso es su invento y es quién pone las reglas. Al punto que todas lo siguen, por eso el Gobierno Argentino sigue al igual que todos los gobiernos de países incluidos las tres directivas centrales: ordenar, vigilar y controlar.

Incluso para llevar adelante estas premisas han encontrado mano de obra barata entre las desarrolladoras de software libre que creen genuin pero inocentemente que si el Estado migra a soluciones de software libre es que avanza hacia la libertad o la transparencia. Han encontrado que el software libre les garantiza una continuidad técnica que el privativo no les garantizaba, pudiendo cambiar de desarrolladoras sin que eso signifique cambiar o migrar nuevamente.

Hoy el software libre no es una solución para la resistencia a las malas prácticas del capitalismo (a mi entender el capitalismo no tiene buenas prácticas); sino que en gran medida nos hemos convertido en parte de un engranaje que fortalece a este modelo asesino de la vida.

Y quiero dejar en claro que esta autocrítica a la no profundización en la resistencia al capitalismo del software libre, no significa que lo considere una pata más del sistema. Lo que digo que de no mediar un posicionamiento más claro corremos el peligro de ser esa “pata”.

Mientras el software libre no se baje definitivamente del barco capitalista no será una herramienta de resistencia para los pueblos que buscan la autodeterminación y el ejercicio pleno de sus soberanías. No impedirá el desmonte, ni la vacunación en masa de niñas para probar medicamentos para aquellos que puedan pagarlos, ni el asesinato de campesinas y estudiantes.

Muchos se defenderán esas no son las funciones del software libre y quienes lo desarrollan; y yo desde la mayor de mis desilusiones sólo puedo decirles que la única función válida de quién defiende la libertad es esa, lo demás es sólo otro montaje.

La nota sobre la Licencia de Producción de Pares y la discusión que se dio entre las hackers argentinas y Richard se las debo para la próxima.

Autor Walter "Galleguindio" Ramirez