De los “padres” del SPAM o correo basura llegan…
El correo electrónico, a pesar de
los años desde su aparición, sigue siendo una de las principales vías
utilizadas por los “Spammers” para lanzar una campaña agresiva de publicidad.
El
SPAM resulta una actividad muy lucrativa para sus responsables, pues a
un solo clic de ratón consiguen hacer llegar la publicidad de sus
productos a miles de usuarios, solo necesitan conocer las cuentas de
correo electrónico de “esos miles de usuarios”.
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Usuarios
que previamente habrán facilitado sus datos de contacto, de forma
consciente, aportándolos en cualquier campaña publicitaria, sorteo o
rellenando una absurda encuesta o, en el peor de los casos, los habrán
facilitado a terceros de forma privada, pero estos no han dado el
tratamiento de seguridad que los datos personales se merecen,
haciéndolos accesibles a los “Spammers”.
Nuestros datos personales, incluidos los correos electrónicos, son muy preciados en el “mercado negro”
de la Red, de su venta se obtienen importantes cantidades de dinero y
por ello, precisamente por su valor, son objetivo de los Hackers “Ciberdelincuentes”
que accederán a la información si donde se encuentran guardados no
tienes las medidas de seguridad necesarias o presenta vulnerabilidades
que permiten el acceso al sistema.
Mediante el SPAM no solo nos llega publicidad o los llamados “HOAX”
o bulos, también, y precisamente cuando es utilizado por
“Ciberdelincuentes”, nos llegan campañas masivas de PHISHING con la
pretensión de robarnos nuestros datos personales, campañas de SCAM
notificándonos que hemos sido agraciados con un premio multimillonario
de lotería o la repentina muerte de un multimillonario en la otra punta
del mundo pero que en sus últimas voluntades estaba el dejarnos toda su
fortuna a nosotros.
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Pero también los ciberdelincuentes utilizan el SPAM para que esas
campañas sean las responsables de la infección de los dispositivos donde
se reciben esos correos. Infección mediante malware que tomará el
control de nuestro dispositivo, o tal vez obtenga nuestras credenciales
de acceso a nuestro banco, correo electrónico, perfiles de redes
sociales, o… “vete tú a saber”.
Obtener nuestros correos electrónicos, por parte de los “Spammers” requiere ciertas “molestias” por su parte, como ya hemos visto tienen que comprar la información u obtenerla rompiendo “alguna puerta” tras la que se guardan, pero ¿y si en vez de cuentas de correo electrónico sólo necesitasen nuestros números de teléfono?
Los
números de teléfono son mucho más sencillos de obtener, en España
simplemente tomando combinaciones de números de nueve dígitos que
comiencen por el número 6 (6XX XX XX XX), en total noventa y nueve
millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve
(99.999.999). 6 era el número por el que comenzaban todas las
numeraciones móviles, actualmente pueden comenzar por otras
numeraciones, con lo cual se obtendrían todavía más números de telefonía
móvil.
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Ahora, los “Spammers” y/o “Ciberdelincuentes”
lo tienen mucho más fácil, solo tienen que coger un listado con
numeraciones comprendidas dentro de la numeración móvil y hacer ese “maléfico” clic, sin más, sin necesidad de comprar bases de datos, sin necesidad de molestas campañas publicitarias.
Pero además del correo electrónico ¿Cómo pueden llegarnos esos mensajes a nuestros móviles?
Desde hace tiempo somos usuarios de los mensajes de texto, conocidos
como SMS o MMS cuando se trataban de mensajes multimedia, ¡Qué tiempos! . En este supuesto, podemos iniciar la lectura de esta entrada y cambiando la palabra “SPAM” por la modalidad de envío de mensajes basura mediante SMS, técnica “hermana” del Spam conocida como “SMISHING”.
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El Smishing ha sido muy utilizado, y aunque lo sigue siendo, ha ido dejando paso a “nuevas generaciones”.
Los usuarios de telefonía móvil utilizamos el móvil para mucho más que
una simple llamada de voz o las aburridas conversaciones por SMS, ahora
llevamos ordenadores de bolsillos, Smartphones, con nuevas formas de
contacto, especialmente aplicaciones de mensajería instantánea que han
superado, y con creces, a las llamadas telefónicas. WhatsApp, Telegram,
Line son los más utilizados, pero hay muchas otras aplicaciones de
comunicación utilizando la conexión a la Red de nuestros móviles.
En este supuesto, al igual que
sucede con el Smishing, sólo deberemos cambiar, durante la lectura de la
entrada, las palabras “SPAM” o “SMISHING” por un nuevo “palabro”, el “SPIM”.
Otra técnica, hermana pequeña de las anteriores, mediante la que los
malos llegan a nosotros por medio de los mensajes de aplicaciones de
mensajería instantánea.
Con esta entrada podríamos decir que hemos hecho el trabajo de tres, podremos leerla tres veces, alternando los términos SPAM, SMISHING y SPIM, el mensaje será siempre el mismo, al igual que lo son las técnicas de los “hermanos malasombra” para llegar a nosotros, solo utilizarán vías de acceso distintas a nuestros bolsillos, por lo tanto no olvidéis que la medida principal para evitar problemas con estas técnicas es no acceder nunca a las direcciones que nos facilitan,
mediante cualquier tipo de mensaje o vía, desconocidos. Y en el caso
que sean mensajes de conocidos, con títulos o textos un poco… “raros” o que se tenga duda de su verdadera procedencia SIEMPRE OBVIARLOS.
Lo que sí ha quedado claro ya sabéis lo que es, ¿verdad? En Internet…
Nosotros somos nuestra mayor vulnerabilidad, pero también somos nuestro mejor antivirus.
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