Tenía unos 12 años cuando me apunté a la academia de mi barrio a aprender informática. Se llamaba Academia RUS, y tenía un dibujo hecho con spray de un robot en el que ponía algo como "Clases de Informática: Apúntate al futuro". Y mi madre me apuntó al futuro.
Allí tuve a Teo, un profesor curioso que venía todos los
días a clase con un libro de lectura y nos contaba historias, no solo de
informática, sino también de ciencia ficción. Entre otras cosas, en los
descansos, nos contaba cosas de "IT" de Stephen King - uno de los libros que trajo muchas veces mientras se lo terminaba -, "Caballo de Troya" de J.J. Benitez y de RoboCop, una película que acabaríamos yendo a ver a su estreno en el Cine Capitol de Gran Vía y que me llevaría a conocer el universo Paul Verhoeven en todo su esplendor. Todo eso cuando yo era un niño.