En el año 2008 en un paper titulado "
Pacemakers and Implantable Cardiac Defibrillators: Software Radio Attacks and Zero-Power Defenses"
se especulaba sobre los riesgos de dotar a los marcapasos o los
desfibriladores cardiacos implantados de características de conexión
inalámbricas, ante la posibilidad de que un atacante interceptase y
manipulase el protocolo para detener el sistema, obtener los datos, o lo
que sería peor, enviar ordenes que pudieran ser mortales para el
anfitrión del dispositivo.