Hemos sostenido y seguiremos sosteniendo que la tecnología contiene y expresa una ideología. Muchas personas se niegan a reconocer que las personas tenemos una imposibilidad total de ser objetivas y en consecuencia no contemplan la posibilidad de que una científica tenga una ideología y esta ideología sea incluida -deliberadamente o no- dentro de un producto.

Así es que, por ejemplo, la transformación de un aparato telefónico en un dispositivo de rastreo, individualización y consumo masivo que sirve a estados y gobiernos, no tiene ninguna carga ideológica.

Advertimos sobre esta situación, porque estamos incorporando acrítica y periódicamente tecnología a nuestras vidas, sin preguntarnos por los riesgos que produzca. Esta “naturalización” del valor positivo de la tecnología ha llevado a que los riesgos de combinar ciertas tecnologías en el ámbito de la salud sean verdaderamente altos.

Sobre las mafias que merodean el negocio de la salud (que en muchos casos es... Continuar leyendo