Limitar
al máximo las imágenes de los menores, no publicar retratos desnudos o
evitar dar datos de lugares y horarios, algunas de las claves para
proteger la imagen de nuestros niños en las redes
sociales.
Nuestros hijos han nacido en la era digital. Asimilan el manejo del
móvil o la tablet casi al mismo tiempo que aprenden a caminar. Pero
desde el primer momento también se convierten en protagonistas de la
tecnología. Sus imágenes están presentes en la Red con total normalidad
casi desde la primera ecografía. El álbum familiar, que hasta ahora se
disfrutaba en la intimidad del hogar se abre ahora al público general a
través de las redes
sociales y cada logro de los pequeños, como su
primera sonrisa o su primer día en la guardería, se retrata y comparte
en Internet.
Pero esta tendencia de los
padres a publicar fotos de sus hijos en cada
momento, ¿es totalmente inocente? ¿Sabemos dónde está la línea entre lo
prudente y el exhibicionismo? ¿Dónde van a parar todas esas instantáneas
en el gran universo de información que supone la Red? ¿Pueden los datos
que publicamos sobre nuestros hijos influirles negativamente en el
futuro?
Ofelia Tejerina, abogada de la Asociación de Internautas, explica que
los
padres deben tener en cuenta que las imágenes que publican ahora de
sus hijos pequeños pueden afectarles cuando sean mayores.
"Las fotos
van a quedar ahí para siempre y, aunque creamos que solo las están
viendo nuestros conocidos en Facebook, por ejemplo, si no tenemos bien
ajustado el nivel de privacidad de nuestro perfil, pueden verlas amigos
de amigos y de esta forma perdemos por completo el control de las
imágenes", señala. Tejerina indica que todos tenemos derecho a
gestionar las distintas parcelas de nuestra vida y que nuestros hijos en
el futuro pueden no querer que sus compañeros de clase les vean de
pequeños bailando o bañándose desnudos. Y no solo eso.
"Imagina que
todos tuviésemos acceso a cientos de imágenes de infancia de Angela
Merkel; seguramente tendrá fotos de su parcela familiar que nada tienen
que ver con su imagen política o profesional", dice Tejerina.
En alerta contra los depredadores sexuales
Existe otra cuestión. La foto de un menor bañándose en el mar puede ser
totalmente inocente, hasta que llega a un depredador sexual y no sabes
qué va a hacer con ella.
"Yo les digo a los padres y a los menores que nunca sabrán si hay gente mala en la Red que rastrea las imágenes de los pequeños",
indica Tejerina, que aconseja a los padres que recuerden en todo
momento que Internet está lleno de depredadores sexuales antes de subir
una foto. En este sentido, recuerda que existe una práctica llamada
'morphing' por la que se coge una imagen de un menor totalmente normal
y, a través de un programa de edición, se trata y se realiza un montaje
pornográfico.
Además, Tejerina recuerda que la actitud que tengan los padres ante
Internet será la que enseñen a sus hijos cuando sean mayores.
"No
podemos radiografiar la vida de un niño publicando 20 fotos al día en
las redes sociales y pretender luego que cuando él tenga 13 años no
envíe él mismo todas sus fotos", señala, al tiempo que indica que
las mismas recomendaciones afectan al WhatsApp. Así, el ejemplo de los
padres es fundamental a la hora de que los hijos aprendan buenas
conductas en Internet.
Si a pesar de todas estas premisas, los padres siguen queriendo publicar
las fotos de sus hijos en las redes sociales, Tejerina ofrece una serie
de consejos para que lo hagan de una forma segura.
- Limitar al máximo las fotos que se suben. Debemos preguntarnos
constantemente si es imprescindible colgar las fotos de nuestros hijos a
diario.
- Si se quiere compartir imágenes con la familia, optar por el correo electrónico.
- No publicar fotos de los niños desnudos en ninguna circunstancia, ni en la playa, ni en la piscina ni dentro de casa.
- No ofrecer datos del lugar en el que se encuentran los niños, o dar
detalles sobre si están solos o los horarios habituales del colegio.
- No etiquetar a los menores con sus nombres y apellidos para evitar que sean indexadas en un buscador.
- Si el menor sale con otros amigos, preguntar a los padres si quieren que se suban sus imágenes.
- Ambos progenitores tienen que estar de acuerdo a la hora de subir las fotografías de los hijos.
- Ajustar la privacidad de los perfiles, tanto de las redes sociales
como de WhatsApp, para acotar al máximo el público que va a ver esas
fotos.
- Recordar que también hay que respetar la intimidad de los niños y
que puede que no quieran (ahora o en el futuro) que otros vean lo juegos
o momentos que, aunque puedan ser divertidos, se circunscriben al seno
de la familia o con amigos muy cercanos.
Fuente:
Asociación de Internautas