El fin del mundo se produjo más o menos como habíamos predicho:
demasiados ordenadores y dispositivos móviles, y escasos conocimientos
para manejarlos. Los detalles son triviales y carecen de sentido. La
causa, como siempre, fueron los errores puramente humanos. Un gusano
informático creado por la mano del hombre se descontroló.
Internet
estaba sobrepasado, las páginas web quebraron. Las redes sociales fueron
destruidas por cuentas falsas y los usuarios rápidamente se
convirtieron en víctimas. Las infraestructuras desprotegidas se
desmoronaron por ataques dirigidos.
La Era Digital estaba casi extinguida; un manto de oscuridad cubrió
Internet durante muchos años…
Muy
pocos fueron capaces de sobrevivir a la devastación y alcanzar cierta
seguridad. Aquellos que lo consiguieron, recopilaron todas sus
experiencias y las lecciones que aprendieron en una guía, la Guía de
Supervivencia del Cibermundo, que nos ayudará a evitar un destino
similar.
Puedes encontrar la serie completa de la
"Guía de Supervivencia del Cibermundo".