James Crawford ve dinero en los lugares más extraños.
Por ejemplo, escondido en las sombras de edificios a medio terminar en
China.
El
ex ingeniero de Google
es parte de un grupo de emprendedores que venden análisis de datos a
corredores que buscan aprovechar hasta la más ínfima de las ventajas. En
muchos casos, el valor no se ha comprobado, pero los analistas afirman
que hay un mercado creciente entre inversionistas sofisticados que se
interesan por fragmentos de información que en general no están
disponibles en forma amplia.
Crawford asegura que las sombras de
los edificios en China, por ejemplo, pueden brindar un vistazo sobre si
el auge de la construcción se está acelerando o desacelerando. Su
empresa,
Orbital Insight,
analiza imágenes satelitales de sitios de construcción en 30 ciudades
chinas y su meta es brindarles a los corredores datos independientes
para que no tengan que depender de las estadísticas oficiales.
Crawford,
quien encabezó el proyecto de Google para escanear millones de libros,
dice que entre los primeros clientes de la empresa figuran varios fondos
de cobertura que administran miles de
millones de dólares, pero
prefirió no revelar sus nombres ni cuánto les cobra.
Orbital
también ofrece análisis de imágenes satelitales de campos sembrados de
maíz para predecir las cosechas y estudios de estacionamientos al aire
libe que son un indicador preliminar de ventas y ganancias trimestrales
de cadenas minoristas como Wal-Mart y Home Depot.
Otras empresas
acuden a las redes sociales, las fuentes colectivas y otros tipos de
datos mayormente sin explorar para darles a los corredores noticias de
último momento e indicadores macroeconómicos.
"Hay tanta
correlación en los retornos en el mundo de la gestión de activos que se
está volviendo cada vez más importante encontrar formas de captar nuevos
tipos de datos", sostiene Ronnie Sadka, profesor de finanzas de la
Escuela de Administración Carroll, de Boston College.
Sin embargo,
analistas afirman que los corredores deberían avanzar con cuidado.
"Los
pongo en la categoría experimental", dice Paul Rowady, analista sénior
de Tabb Group, una firma de investigación de mercado. "Estos productos
son persuasivos en su superficie, pero convertirlos en un indicador de
corretaje es un desafío inmenso".
En el caso del análisis de los
estacionamientos, Orbital compró un millón de imágenes de empresas
satelitales y desarrolló sistemas informáticos para producir posibles
indicadores de corretaje a partir de esos datos.
"Esto es sólo el
comienzo", indica Crawford, quien anteriormente se había desempeñado
como vicepresidente sénior de Climate Corp., una empresa que utiliza
datos sobre el clima para ayudar a los agricultores a predecir el tamaño
de su cosecha. Monsanto compró esa empresa por más de US$1.000 millones
en 2013.
Una de las primeras pruebas del sistema predictivo de
Orbital tuvo lugar hace unos días. Tras realizar un análisis histórico
de los vehículos en los estacionamientos de la cadena de ropa Ross
Stores, Orbital pronosticó que la firma reportaría ingresos mejores a lo
previsto en el tercer trimestre. En realidad, Ross superó las
previsiones de Orbital al anunciar una facturación de US$2.599 millones,
comparado con la predicción de Orbital de US$2.560 millones y el
consenso entre los analistas de US$2.550
millones.
Orbital, cuyos
primeros inversionistas incluyen a Sequoia Capital, firma de inversión
de capital de riesgo de Silicon Valley, espera recaudar hasta US$8
millones en una nueva ronda de financiación en las próximas semanas.
Dataminr Inc., que estudia 500
millones de tuits diarios para encontrar noticias
que muevan los mercados antes de que lleguen a los servicios de cables
noticiosos, fue una de las primeras en avanzar en este ámbito.
Fundada
por tres ex compañeros de la Universidad de Yale, Dataminr es parte de
un puñado de empresas a las que Twitter Inc. les otorga acceso a todos
los datos que ingresan a sus servidores todos los días.
Los
sistemas de Dataminr clasifican y analizan cada tuit en tiempo real,
descartando el correo basura y comparando información con flujos de
noticias, precios de mercado, patrones climáticos y otros datos para
determinar su importancia. Los sistemas también controlan si un usuario
ha sido confiable en ciertos temas en el pasado.
El 2 de
septiembre, cuando el periodista independiente Brian Krebs tuiteó que
Home Depot
"podría ser la más reciente víctima de violación de datos de
tarjetas de crédito", los sistemas de Dataminr rápidamente lo
identificaron como una "señal notable" para sus clientes. La alerta fue
emitida a los suscriptores -que incluyen 60 bancos y fondos de
cobertura- 15 minutos antes de las agencias de noticias financieras y
antes de una caída de 2% en el precio de la acción de la cadena de
mejoras para el hogar.
"Ya no hay forma de ignorar a las redes
sociales como conjunto de datos", dice Ted Bailey, presidente ejecutivo
de Dataminr.
"Un flujo como el de Twitter contiene tanta información, y
sin dudas hay valor escondido en su interior".
Un alto ejecutivo
bancario que está abonado a los servicios de la compañía indicó que sus
corredores recibieron el primer informe del atentado en la maratón de
Boston en abril de 2013 en su aplicación de escritorio de Dataminr.
"Los
clientes pueden tener unas 50 personas con las que hablan todos los
días", observa. "Cuesta diferenciarse. Tener mejor información puede
marcar una gran diferencia".
Otra startup, Premise Inc., realiza
pequeños pagos -a menudo como crédito para teléfonos celulares- a
personas en todo el mundo que monitorean los precios de bienes, dándole a
la compañía una idea preliminar de cambios en la inflación y otros
indicadores.
La idea detrás de los datos macroeconómicos de Premise es que la realidad en el terreno suele ser distinta al relato oficial.
La
firma distribuye gran parte de sus datos gratis, pero tiene clientes
financieros que buscan pistas sobre la dirección de la inflación en
lugares como India y China. Premise tiene contribuyentes de datos en 68
ciudades en 18 países. "En ciertas partes del mundo, la gente no tiene
una fuente confiable de información sobre las condiciones económicas",
dice David Soloff, presidente ejecutivo de Premise.
"Nuestro objetivo es
fomentar la transparencia".
Fuente:
La Nación