El hostigamiento no sólo puede darse en el aula. Las escuelas deberán sancionar a los acosadores.
La violencia escolar es una tendencia que crece en nuestro país. En
el Congreso tomaron nota y ayer aprobaron una ley que establece que el
Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal, deberá establecer
reglas para prevenir la conflictividad en las escuelas, entre ellas el
bullying. ¿Pero qué cambia con esta ley? ¿Y qué es lo que se define por
bullying?
En el equipo Bullying Cero Argentina definen al bullying
como "una conducta de hostigamiento o persecución física o psicológica
que realiza un alumno contra otro, a quien elige como blanco de
repetidos ataques". Aclaran que el hostigamiento entre pares no sólo se
da en la escuela, sino que puede ocurrir en cualquier lugar donde haya
un grupo que comparte varias horas, como un club o una iglesia. Y que el
bullying "siempre es contra una persona concreta y no contra un grupo.
Si fuera así, sería considerado una pelea entre pandillas". Flavia
Sinigagliesi, psicóloga del equipo, explica en la página de Facebook de
la red que el acoso "tiene que ser repetido y sostenido en el tiempo.
Una pelea ocasional o por un tema puntual no es bullying".
La
especialista detalla que el bullying tiene varios protagonistas: el
hostigador (es el que idea el hostigamiento y no siempre el que lo
ejecuta); el hostigado; los seguidores (los que apoyan al líder y muchas
veces ejecutan el hostigamiento), los espectadores (que pueden sólo
mirar, reírse de lo que pasa o intentar detenerlo); el personal de la
escuela (quienes deben detectarlo e intervenir) y los padres
(responsables de detectar cambios en sus hijos y conversarlo con las
autoridades del colegio).
Hasta ahora, no había ningún marco legal
que reconociera e intentara frenar el acoso escolar, un problema
creciente. De hecho, muchos docentes reconocen que no saben qué hacer
ante un caso de violencia en las aulas. La nueva ley apunta a prevenir
la conflictividad en las escuelas –no sólo el bullying—y promueve la
creación de equipos especializados para la prevención e intervención
ante esta clase de episodios, y señala que los equipos de diagnóstico
tienen que estar atentos a cómo está cambiando la violencia escolar a
partir de la masificación de las nuevas tecnologías.
La nueva
norma que sancionó ayer a la madrugada el Congreso prevé la creación de
instancias de participación donde docentes, padres y alumnos puedan
prevenir y solucionar situaciones violentas. Los alumnos tendrán un
espacio donde puedan plantear sus problemas, los docentes podrán
intervenir y los padres no se quedarán afuera: pasan a tener un rol
activo en la resolución de conflictos.
Y, también, establece que
habrá sanciones para el bullying, que serán educativas, graduales y
progresivas, atendiendo el contexto y garantizando el derecho a la
educación, por lo cual las autoridades de la escuela tendrán que
buscarle otro establecimiento donde estudiar al acosador, si como medida
extrema se decide su expulsión. El Ministerio de Educación ya está
trabajando en una guía con pautas claras para que los docentes. Y
también deberá habilitar una línea telefónica gratuita para que aquellos
que no se animan a contar lo que les pasó o sientan que la escuela no
los escucha.
Fuente http://www.clarin.com