En mayo de 2010, un grupo de investigadores de las universidades de San Diego y Washington, publicaron un informe titulado
"Experimental Security Analysis of a Modern Automobile" [PDF].
El objeto del documento era analizar las vulnerabilidades de los
sistemas de control de un automóvil en el caso de que un atacante
tuviese acceso físico a un puerto de comunicaciones ubicado bajo el
salpicadero del mismo.
Las conclusiones fueron demoledoras, a través de esta interfaz quedan
expuestos a un uso malintencionado desde dispositivos que controlan el
bloqueo de puertas, pasando por la desconexión de los sistemas de
iluminación exteriores, hasta actuar sobre los dispositivos de frenada o
la aceleración del vehículo, o activar los
airbags.