Los Gobiernos y las
empresas gastan un $1,000 millones de dólares anuales en ciberseguridad,
pero al contrario que en los casos de guerras o derrames petroleros, no
hay manera de determinar las pérdidas
totales porque pocos admiten
haber sido afectados.
Los dirigentes de la ciberseguridad de más de 40 países se reúnen esta
semana en la Universidad de Stanford para tratar de zanjar esa brecha
informativa creando una sola entidad que lleve la cuenta de cuánto roban
los ciberintrusos.
El ministro chino Cai Mingzhao admitió que hay cuestiones de confianza
que superar, ya que algunas firmas estadounidenses de seguridad
atribuyen ataques cibernéticos a los militares chinos. Pero agregó que
las naciones deben cooperar.
"En el ciberespacio, todos los países enfrentan el mismo problema y en definitiva comparten la misma situación", afirmó.
Mingzhao también exhortó a sus colegas a aprobar nuevas reglas internacionales de conducta en el ciberespacio.
El profesor de economía John Shoven, director del Instituto
Investigación sobre Política Económica de la Universidad de Stanford,
advirtió sobre
"la tremenda perturbación que representaría para la economía la falta de confianza en la seguridad en la red".
"No podemos permitir que ocurra eso", agregó.
Sergio Benedetto, presidente del Instituto de la Sociedad de
Comunicación de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, señaló que la
internet puede resultar misteriosas para los legos.
"Para muchos diplomáticos y políticos, el mundo del ciberespacio sigue siendo un ambiente de rompecabezas dispersos", afirmó. Por lo tanto, dijo, los científicos tienen que tener voz en las discusiones mundiales importantes.