Deberización. ¡Vaya término! Para empezar te diré que no lo he inventado yo, aunque me hubiera encantado. El concepto deberización es un término que procede a su vez del vocablo inglés ‘musterbation‘ (palabra derivada de ‘must‘ que en inglés podría traducirse por ‘deber’). Pues bien, ¿de dónde he sacado el término que ha dado pie a este artículo? Pues lo he sacado del libro de Wayne W. Dyer Tus zonas erróneas
,
concretamente del capítulo que trata sobre cómo aprender a superar los
convencionalismos que vienen dados por la cultura y el lugar en el que
vives.
Mi intención en esta entrada no es otra que enseñarte de qué manera puedes superar lo que Dyer llama deberización
con la única finalidad de que vivas tu vida plenamente, sin ataduras y
en la que tú seas el único juez de tu propia conducta. ¿Preparado para
transgredir las normas? Si es así, acompáñame.
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Imagen extraída de Shutterstock
Las ataduras de los convencionalismos o por qué acabas haciendo lo que no te apetece. La deberización como imposición.
En el capítulo referido a los convencionalismos Dyer ataca duramente lo que él denomina debes y deberías,
es decir, clama contra la deberización que te han impuesto desde que
tienes uso de razón. Precisamente en este capítulo cita un fragmento
interesantísimo de la psiquiatra Karen Horney que reza así:
“Los deberes y los deberías siempre
producen una sensación de tensión que aumenta a medida que la persona
trata de actualizar sus debes dentro de su comportamiento… Más aún,
debido a la externalización del proceso, los debes siempre contribuyen a
perturbaciones en las relaciones humanas de una u otra manera.”
Esta interesantísima reflexión que
acabas de leer ilustra a la perfección el peligro de vivir inmerso en la
deberización. ¿Por qué? Pues porque la deberización puede llegar a
determinar tu vida y, al hacerlo, producir en ti un estado de tensión,
malestar, culpabilidad e irritación por hacer algo que en muchas
ocasiones, por no decir casi siempre, no tienes la menor idea de quién
te lo ha impuesto.
Las etiquetas. La excusa perfecta de la deberización.
Odio las etiquetas por el peligro que
ellas mismas representan y por ser el ejemplo más claro de lo que se
entiende por deberización. Pero, ¿qué son las etiquetas? En palabras de Dyer no son más que normas absurdas y sin sentido que una persona o colectivo te obliga a cumplir.
¿Quiere decir esto que debes saltarte todas las reglas a partir de
ahora? La respuesta es no. De lo que se trata es de que seas tú mismo el
que te apartes de la obediencia ciega a las normas y a
las reglas sin reflexionar acerca de ellas. Si llevas a cabo este
ejercicio de reflexión, te darás cuenta de que muchas de estas normas y
leyes son de por sí completamente absurdas.
¿Cuál es el precio de la deberización?
El precio de la deberización no es otro
que el precio de tu libertad, de no poder vivir tu propia vida, de no
poder decidir tu propio destino. De ahí que sea fundamental analizar
cuáles son esos debes que puedes romper o superar sin que ello
resulte perjudicial para otras personas. Es a partir de esta decisión
donde empezarás a vivir a partir de tus propias normas. Porque la superación de la deberización no pasa por una anarquía.
La superación de la deberización pasa por tener la posibilidad de elección, de superar el estado acomodaticio que imponen los debes y deberías.
12 Ejemplos que demuestran lo absurdo de la deberización.
Aquí tienes una selección de ejemplos que he extraído del libro del Dyer Tus zonas erróneas
para
que veas lo absurdo de algunos convencionalismos. Te aseguro que te
sentirás plenamente identificado con la mayoría de ellos:
Si has leído estos ejemplos te darás
cuenta de que estas normas o convencionalismos son, cuanto menos,
discutibles y, aún más importante, pueden transgredirse sin que afecte
en un sentido negativo a las personas que tienes a tu alrededor. Y no me
estoy refiriendo a si se han sentido sorprendidas u ofendidas, por
ejemplo.
¿Por qué haces lo que no te gusta? A propósito de la deberización.
Estas son algunas de las razones que esgrime Dyer para justificar por qué acabas haciendo lo que no te gusta:
- Porque tu vida se rige principalmente por la necesidad de aprobación,
es decir, tienes la necesidad de gustar y de ser aceptado por los que
te rodean en todo momento. La aprobación se convierte en tu recompensa.
- Porque no estás interesado en crecer.
Me explico. Has elegido vivir en un estado de inacción en el que vives
los mínimos riesgos posibles. Tampoco tienes la necesidad de confiar en
ti mismo.
- Porque el debería se convierte en un claro reflejo de tu falta de confianza.
- Porque tienes la necesidad de ser aceptado e integrado por un grupo o por la sociedad.
- Porque valoras más lo que piensan y hacen los demás.
- Porque necesitas de héroes para reforzar la baja opinión que tienes sobre ti mismo.
7 Consejos para superar la deberización.
Aquí tienes una pequeña selección de
algunos de los consejos que propone Dyer para superar lo que él ha
denominado como deberización, es decir, cómo dejar de hace aquello que
no te apetece hace:
1. Haz una lista de las normas que cumples y respetas y que crees que puedes transgredir sin perjudicarte seriamente a ti y a otras personas.
2. Empieza por crear tus propias tradiciones en lugar de seguir todas las que te impone tu entorno o la sociedad.
3. Haz una lista de todas las normas que impones a los demás. Plantéate qué pasaría si las personas que tienes a tu cargo no las cumplieran.
4. Enfréntate a una regla o política que creas que no es justa. Por ejemplo, el reembolso del dinero o la política de devolución de alguna tienda.
5. No quieras que otras personas incumplan las normas que has decidido incumplir. De no hacerlo, caerías nuevamente en la trampa que lleva implícita la deberización.
6. Deja de esperar que cambien los demás. Cámbiate a ti mismo.
7. Cuando alguien te esté culpando de algo, respóndele lo siguiente: ¿Te gustaría saber si yo quiero oír lo que ahora me estás diciendo?
Estos son siete de los diecinueve consejos que Dyer ofrece en su libro.
La deberización. A modo de conclusión.
He empezado este artículo escribiendo
para ti, pero ahora que lo estoy acabando me doy cuenta de que en
realidad este artículo no iba dirigido a ti, sino a mí. Esta entrada me
ha servido para darme cuenta de cuán fácil es caer en la deberización,
de cuán fácil es no pensar y llevar a cabo los dictados que marca la
gente que te rodea, la sociedad que no cesará en el empeño de inculcarte
en todo momento debes y deberías. Pero, ¿por qué?
Porque los convencionalismos sirven para anestesiar la voluntad de las
personas, para paralizarlas, para que vivan en un perpetuo estado de
necesidad de aprobación. Y ni tú ni yo nos lo merecemos.
Ojalá este artículo te haya servido como
a mí para reflexionar sobre las normas o algunas de esas absurdas
normas que tú y yo tanto tiempo llevamos cumpliendo sin preguntarnos por
qué. Ahora es le momento de hacerse las mejores preguntas. Ahora es
el momento de encontrar las mejores respuestas. ¿Comenzamos? Cuento
contigo.
Autor
Santiago Moll