Existe la idea de que Internet es incontrolable, y relativamente, tienen cierto margen de razón. No se puede controlar qué hace la gente cuando está conectada en cuanto a su comportamiento, pero sí se puede controlar qué puede hacer la gente y con qué (y si no, pedile a Micro$oft que relance el MSN o al FBI que nos devuelva el Megaupload que teníamos). Bueno, salvo que estemos en una red libre, pero igualmente es relativo. No en vano se comenta en ciertos círculos que Al Qaeda hoy se comunica por carta y no usa celulares. Sea cierto o no, tiene su lógica.
Tal vez estés pensando “¿cómo van a censurar lo que yo quiera decir en mi blog?”. Bueno, lo pueden hacer, por teléfono, por carta documento, con un par de clicks o automáticamente gracias a la DMCA, siglas de la ley Digital Millennium Copyright Act, que rige desde 1996 a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). La ley criminaliza la producción y diseminación de tecnología, dispositivos o servicios que interfieran de alguna manera con trabajos bajo copyright (que, ya lo sabemos todas, es una de las verdaderas pestes de la humanidad). La ley también criminaliza el acto de eludir un control de acceso, exista o no infracción a los derechos de autora.
DMCA.com, un sitio que obtiene ingresos de la censura, cuenta con un servicio para reunir denuncias e instrumentar controles que brinden seguridad al momento de los “robos” de material bajo copyright colocado en sitios web. Pero resulta que existen chantas en todos lados y algunas denuncian como propio el contenido de otros ante el sitio, que sin chequear -pero siempre cobrando- si se trata o no de una violación da por cierta la denuncia y solicita la baja de los contenidos.
El caso de Retraction Watch
Hace un tiempo, una de las víctimas de esta arbitrariedad fue el sitio Retraction Watch un blog de WordPress.com dedicado a realizar seguimientos de publicaciones en las que los científicos se retractan, denuncian falsedades o realizan críticas.
Estas personas notaron un día que en su sitio faltaban 10 artículos, luego de averiguar, WordPress les informó que habían sido borrados dando curso a un pedido de DMCA que recibieron. El problema fue que los artículos eran originales del sitio y la acción ante el pedido fue la de borrar los artículos originales para dejar online los plagios en el portal que hizo la denuncia: NewsBulet.in cuya editora, Narenda Chatwal, había decidido pasar de plagiadora a autora en unos cuantos clicks.
Warner Bros y NBC contra Mega
Los estudios norteamericanos -que, al parecer, cuentan con la simpatía del mendocino Pelo Merelo, quien no ha vuelto a hacerse cargo de su comentario- solicitaron a Google a través de DMCA que elimine de sus contenidos a Mega, el nuevo servicio de Kim Dotcom -ex titular de Megaupload- asegurando que hay contenido con copyright en su homepage. Pero es ciertamente extraño pues NO hay ningún enlace de descarga a ningún tipo de contenido en la página principal de Mega.
Kim Dotcom expresó al sitio TorrentFreak que “los requerimientos de Warner Bros y NBC Universal a Google están censurando a nuestro sitio completo. Esto va en línea con el comportamiento irracional de la industrial del contenido que hemos experimentado por años”.
Microsoft contra la BBC, Wikipedia y el gobierno de EEUU
El caso de la empresa de Redmond también es paradigmático. Utilizando un sistema de denuncias a través de robots que hacen reportes automáticos, Micro$oft solicitó bloquear a la BBC, a la CNN, al Huffington Post, TechCrunch, Wikipedia, Rotten Tomatoes, al gobierno de EEUU y otros sitios.
No es la primera vez que pasa esto y han sucedido cosas más ridículas todavía: Micro$oft solicitó a Google censurar su propio buscador (Bing) de los resultados.
Existe una enormidad de casos como este, que podés encontrar en Internet, aunque tal vez publiquemos algunos. Pero esta pequeña nota tiene otro objetivo y es que notes que cuando a cierto grupo o cierto país, se le ocurre que sería bueno controlar Internet, tenés que participar activamente en lo que suceda, pues muy posiblemente terminen avanzando sobre más derechos. Parece mentira, pero hay gente que está ocupada en dejar un mundo peor que el que encontró.
Todas estamos de acuerdo en que Internet no debe ser un lugar para el oprobio, por lo que compartimos que se borren sitios que provean material pedofílico o similares (aunque en este caso la censura existiría sólo si fuera plagiado… ¡date cuenta de a quién sirve la legislación!). Fuera del ejemplo forzado, todas somos responsables de denunciar y actuar contra la pedofilia y otros comportamientos sociales nefastos que se sirven de la web para proliferar. Pero también somos responsables de no permitir, por desinterés, que nos pasen por encima.
Y en casos como estos somos responsables de presionar todo lo que podamos a nuestros gobiernos, para que se comience a dar una batalla por lograr una Internet más justa y soberana. Porque así como dieron de baja los artículos en Retraction Watch, EEUU decidió dar de baja RojaDirecta.com o MegaUpload perjudicando a usuarias de muchísimos países (muchas de ellas pagaban servicios que nunca pudieron utilizar) sin que nuestros estados plantearan que se trata de una intromisión en un asunto nacional.
EEUU tiene, entre otras cosas que hacen posible la Internet que conocés, el control de los dominios.com, por lo que si se le ocurre que cualquier sitio con este dominio está violando su legislación, puede darlo de baja en segundos. De esta forma, EEUU puede apagar, de alguna manera Internet. Y aunque se podrá navegar igual y cuando pase vamos a crear alternativas, el problema no es lo que podemos hacer nosotras, es lo que pueden hacer las demás con nuestra libertad en contra de nuestros derechos y voluntad.
Aquí no estamos en contra de los derechos de autora, estamos discutiendo cuáles son esos derechos de autora y criticando algunas de sus características, pero estamos en contra del copyright, que es razón suficiente para perseguir a muchísimas personas que quieren hacer algo tan natural como respirar: compartir.