Pese a que cada vez más existe la mentalidad de que debemos protegernos cuando navegamos en Internet, la mayoría de la población aún no es consciente de que la ciberdelincuencia se ha convertido en una industria enorme, que mueve miles de millones de euros y cuyo nivel de sofisticación va en aumento. Un simple dato, nuestros laboratorios registran más 250.000 amenazas únicas cada día. Es un número enorme y no deja de crecer.
Además los hackers aprovechan todas las plataformas para intentar estafarnos. Hace unos años solo nos teníamos que preocupar por nuestros ordenadores, pero con la llegada de Internet, los teléfonos inteligentes, las tabletas, y todos los dispositivos interconectados, ha aumentado el área de ataque para estos malhechores por lo que es necesario disponer de una solución de seguridad completa que proteja todos nuestros aparatos.
Sin embargo no podemos olvidar que uno de los factores más importantes en la ciberseguridad es el factor humano. Los ciberdelincuentes se aprovechan de los fallos humanos para acceder a los sistemas, engañando a la gente. Parece que en Internet somos menos precavidos, puede ser porque sea una tecnología reciente. La ciudadanía debe aprender a estar alerta y usar el sentido común al determinar en qué o quién podemos confiar.
Por todo esto la estrategia de Sophos se centra en desarrollar un producto completo. Uno no puede tener un producto de seguridad que funcione realmente sin una visión comprehensiva, que lo abarque todo. Necesita estar orientado al punto final, que no sólo son ordenadores sino smartphones, tabletas, servidores… Pero también hay que proteger los servidores y las redes. Si no tienes todos esos componentes, no tienes una protección completa. Por otro lado, el producto de protección tiene que ser simple y fácil de usar por los clientes, tanto para desplegarlo como para manejarlo.