El
director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos y
su segundo al mando abandonarán sus cargos en los próximos meses, según
han revelado este miércoles funcionarios, en un hecho que podría dar al
presidente Barack Obama la oportunidad de reconfigurar a la entidad de
inteligencia.
El periodo de ocho años en el cargo del general del Ejército Keith
Alexander se ha visto golpeado este año por revelaciones de documentos
filtrados por el ex contratista de la NSA Edward Snowden, quien reveló
los exhaustivos y generalizados programas de la agencia para recabar
datos telefónicos, de correos electrónicos, tráfico de internet y redes
sociales.
Alexander ha formalizado los planes para abandonar su puesto en marzo o
abril, mientras que el subdirector de la NSA, el civil John "Chris"
Inglis, tiene previsto retirarse a finales de año, de acuerdo a
funcionarios estadounidenses que hicieron declaraciones bajo condición
de anonimato.
Alexander es
director de la NSA desde agosto de 2005, siendo hasta ahora
el que más tiempo ha estado en el cargo. También es jefe de una unidad
militar relacionada a la agencia, el Cibercomando estadounidense.
Previamente Alexander había dicho que tenía planes de dejar la agencia
para la primavera, pese a que ha defendido vigorosamente las actividades
de la NSA como una estrategia legal y necesaria para detectar
conspiraciones terroristas.
Inglis, que empezó su carrera en la agencia como un analista de
seguridad electrónica, ha sido el segundo al mando de la entidad desde
2006.
Aunque ambos dejarán sus puestos de forma voluntaria, la doble vacante
que se abrirá en la agencia daría a Obama la oportunidad de instalar un
nuevo liderazgo tras el
escándalo desatado por las revelaciones de
Snowden.
El presidente también deberá decidir ahora si la NSA y el Cibercomando
deberían tener directores separados. El Cibercomando, que ha crecido
significativamente en los últimos años, tiene la autoridad para realizar
operaciones tanto ofensivas como defensivas a nivel electrónico.
Muchos veteranos de inteligencia argumentan que tener a la misma persona
encabezando a la agencia de espionaje y el Cibercomando reduce el
énfasis en el trabajo y las capacidades únicas de la NSA.