El perverso negocio publicitario de los medios digitales
Hoy te traemos un plugin que va creando un mapa de cómo te persiguen los sitios por los que navegás.
“Si no estás pagando por algo, no sos el cliente, sos el producto que está siendo vendido”
Con esta genial y lapidaria frase de Andrew Lewis
que parece sacada de algún libro, pero en realidad se trató de un twit
(ponele tweet si querés) donde nos presenta Collusion, un plugin para
Firefox que nos muestra cómo nos están siguiendo e investigando las
empresas que nos ofrecen “productos gratuitos” en Internet.
Puede parecerte insistente, innecesario, tal vez seas una de esas
personas que ya están de vuelta y pueden palmearnos la cabeza mirándonos
con ojos tiernos cuando expresamos cierta conclusión que nos abre los
ojos, a quienes hacemos Tribuna Hacker, no nos importa, e insistimos: vender los datos de las personas en Internet, ES vender a las personas
vender los datos de las personas en Internet, ES vender a las personas
.
Repito un concepto que usamos hace un tiempito: lo gratis, no existe.
La gratuidad de las cosas es un concepto imposible en sociedades donde
hay un máximo posible de recursos administrables y en las que además
todas tienen un valor. Para que exista educación gratuita, por ejemplo,
es necesario que todas paguemos impuestos y que un Estado administre
parte de esos impuestos en pagar todo lo que requiere un sistema
educativo. Bueno, en este caso es necesario un Estado, pero en la
provincia y el mundo hay escuelas autogestionadas donde esto lo hace
directamente una comunidad.
Vuelvo
a lo anterior: para que hayan -por ejemplo- educación y salud públicas y
gratuitas, es necesario que alguien ponga el dinero que cuestan. Porque
las docentes no trabajan gratis, por que los edificios no se construyen
solos, por que los consumos energéticos tienen costos, porque los
ladrillos, las pinturas, los vidrios, los metales, los libros, y la
infinidad de insumos que se requieren para que la educación sea
gratuita, no son gratis.
Cuando hablamos de que una empresa provee servicios gratuitos
significa que la empresa no te cobra a vos por hacer lo que hace, pero
no que la empresa no gasta en hacer lo que te da gratis y mucho menos
que no tiene ganancias por hacer lo que te da “gratis”. Muchas veces
esto nos es difícil de ver ya que vinculamos lo gratuito a algo donde
nadie paga nada y esto es mentiroso. Más todavía sucede en Internet.
Alguien crea un blog “gratis” y puede ser visitado “gratis” por todas
las personas que quieran. Bueno, no, no es “gratis” ya desde el momento
en que estas pagando por vivir (porque no puede vivirse sin dinero) en
adelante. Si lo querés en un tono menos dramático: tu conexión a
Internet no es gratis, pero tampoco lo es tu computadora, la luz, etc.
Sí, suena repetitivo, pero hay que tenerlo en cuenta, siempre es
bueno saber de qué forma obtiene sus beneficios un emprendimiento.El
tema del costo a la usuaria final es una cuestión de estrategias.
Existen, por ejemplo, miles de correos electrónicos pagos, que tienen
muchos beneficios que no tiene ningún webmail, pero su universo posible
de clientas es muy reducido si lo comparamos con cualquier webmail
líder.
Resumiendo: si Google te dice que hace algo gratis, si Google no
cobra ni por Gmail, no por el buscador, ni por Drive, ni Docs, ni ningún
servicio, entonces: ¿de dónde saca los miles de millones de dólares que
factura al año?
Google gana su dinero vendiéndote, no sos la usuaria, sos el producto
¿Por qué? Porque de algún lugar tienen que aparecer los millones para
que estas empresas sean tan grandes. Porque el negocio y la masividad
en Internet no tienen que ver con el esquema de lo medios tradicionales.
En este último, un medio tasa el costo de su publicidad en base a una
determinada audiencia, lo divide en segundos, centímetros o tirada y
luego en segmentos -si es a la mañana, tarde, noche, trasnoche, si es o
no es primetime, si es tapa, retiro de tapa, nota central, si es domingo
o lunes, etc- que terminan configurando una selección atractiva para
una persona o empresa que busca hacer publicidad.
Te
lo pongo crudo: el negocio de la publicidad, para muchos medios, es
vender la cantidad de personas que los consumen o que los podrían
consumir. Así es que una publicidad en un diario impreso un domingo es
mucho más cara, porque la tirada es mucho mayor. Pero es sabido que
muchos diarios imprimen hasta 10 veces más de lo que venden sólo para
poder vender esa cantidad de impresiones. Te lo traduzco: tengo un
diario, te vendo publicidad en 100.000 ejemplares, aunque vendo sólo
10.000, esos otros 90.000 quedan en mi depósito, pero tengo una
escribana o un instituto que verifica que imprimí 100.000 ejemplares
(que es la publicidad que te cobré). Cubro mis costos de producción de
10.000 ejemplares y obtengo mis ganancias de 100.000 ejemplares. El
resto… lo reciclo.
En Internet no existen 100.000 ejemplares, existe sólo una cosa: vos.
A estas características de la publicidad (duración, repetición, día,
segmento, etc) cuando hablamos de Internet se le agrega otra variable:
la posibilidad de individualizar a cada lectora. Esto modifica
profundamente el esquema. Yo no sólo puedo vender por 100.000 lectoras,
también puedo vender a José Hongo, profesional, soltero, que vive en el
Barrio Unimev, en Villa Nueva, Guaymallén, Mendoza, de entre 35 y 40
años, usuario de Facebook y Twitter, visitante de diario X, usuario de
Gmail, que tiene una MacBook Pro y un BlackBerry Q10 con el número
XXX-XXXXXXXXX, que paga sus impuestos desde Internet con su tarjeta X y
que suele hacer click en colores cálidos (rojos, amarillos, etc).
El negocio no es que me visiten miles, el negocio es que me visites vos.
Es muy simple obtener datos como los anteriores, de hecho también es
gratis (¡cuac!) el único del que no estaremos muy seguros es el nombre,
pero no nos importa, porque vamos a vender a José Hongo sino sus datos, y
ya los tenemos. Hay muchísimos servicios de estadísticas gratuitos que
además procesan toda esta información para hacerla legible. Lo irónico
de todo esto es que el único dato que resulta ilegal extraer en con
sistemas estadísticos -aunque debería consultar a una experta, pero
estoy 99% segura- es el nombre. Es lo que hace que las estadísticas sean
anónimas. ¿Pero para qué queremos el nombre si ya tenemos la identidad?
Lo anterior es lo básico que podés sacarle a una persona, en
realidad, con igual simpleza podés obtener muchos más datos, y si sos
una red social o tenés un esquema similar es todavía mucho mayor y más
fina la información que podés obtener.
Ésos son los datos que se venden. Y se venden caro. Aunque se trata
sólo de uno de los negocios posibles a partir de la “gratuidad” de un
servicio.
Luego de tanta perorata, te invito a que experimentes un poco cómo te
están trackeando, mucho ya lo podés ver en los anuncios de Google, de
Facebook o similares, pero si querés discernir mejor, instalate
Collusion, un plugin todavía en fase beta (no es 100% estable ni es una
versión final) para el navegador Firefox.
Lo que hace este plugin es leer tus cookies, lo mismo que hacen los sitios, y elaborar un mapeo de trazabilidad
Lo que hace este plugin es leer tus cookies, lo mismo que hacen los sitios, y elaborar un mapeo de trazabilidad
.
Sólo tenés que bajarlo, instalarlo y dejarlo funcionando en una pestaña
mientras hacés tu navegación habitual en otra. Vas a ver cómo van
apareciendo nodos mientras se van grabando nuevas cookies. Las que
aparecen en rojo son aquellas cookies que están confirmadas como códigos
que un sitio guarda en tu computadora para trackearte.
Te cuento que no todos los trackers van a seguirte hasta el inodoro
pero sí están preparados para eso. Algunos son para recordar tu nombre
de usuaria y contraseña en determinados sitios o preferencias de
navegación, por lo que son cookies que -según prefieras graduar tu nivel
de exposición- tal vez quieras que existan, pero se usan para todo lo
que comenté antes.
Bajalo y mirá cómo te persiguen. Ah, si desconfiás de que el plugin te persiga… editalo, es software libre.
Seguro hay mejores, pero te dejo una canción. Escribí esta nota en
silencio, pero todo el tiempo recordé esta letra, que no habla
precisamente de trackear personas, sino de nuestra actitud ante el
trackeo.
Yo no estoy en linea con lo aqui comentado, pienso sinceramente que hay muchos elementos que no han podido ser considerados en cuenta. Pero valoro mucho vuestra opinion, es un buen post. Saludos