Presentaron discos de 6 terabytes que usan helio para reducir la
fricción interna; un grupo de investigadores holandeses ideó un disco
que dura un millón de años.
Aunque el almacenamiento de moda es el flash (tanto en las tarjetas de
memoria del celular o en los discos de estado sólido de las computadoras
más modernas, usando chips en los que se cambia el estado de un
transistor para codificar la información) el disco rígido sigue dando
pelea.
HGST, una subsidiaria de Western Digital,
presentó una nueva línea de discos rígidos
que usa helio (el gas noble con el que se inflan globos, se hacen
chistes con voz finita en los cumpleaños, etc.) en vez de aire dentro de
los discos.
Un rígido está formado por varios discos (platos, en la jerga) que giran
a alta velocidad, y que es donde las cabezas del disco leen y escriben
la información, con nanómetros de precisión. El uso de helio (más fino
que el aire común) permite reducir el espacio entre platos, sumar más y
tener más densidad de información, es decir, más bytes dentro de un
mismo disco.
El modelo Ultrastar He6 que presentó la compañía, justamente, tiene 7
platos -contra los 5 convencionales- y 6 terabytes de capacidad, el más
grande del mundo. El uso de helio, además, reduce la fricción, lo que
redunda en un menor consumo de energía y de disipación, un dato clave
para los centros de cómputo, los principales clientes de la compañía.
Por un millón de años
Los discos de HGST se pueden comprar hoy (aunque no están destinados, por ahora, al usuario común). Lo que
proponen en la universidad de Twente , en Holanda, es un poco más a largo plazo: diseñaron un disco que almacena información por un millón de años.
En el Instituto de Nanotecnología MESA+ crearon un disco especial que soporta golpes, altas temperaturas y mucho más.
"El truco que utilizamos es insertar puntos de material en cerámica, que
es químicamente, térmicamente y mecánicamente muy resistente. El
material incrustado en la
está protegido de cualquier embate
ambiental. Esto hace que los datos sean robustos durante millones e
incluso miles de millones de años", le explicó el director de esta
tesis, Miko Elwenspoek,
.
La información se codifica sumando capas de tungsteno y nitruro de
silicio, en un dibujo de códigos QR que se va reproduciendo hasta marcas
microscópicas.
No son los únicos en pensar en discos tan longevos: el año pasado un grupo de la universidad de Kyoto mostró
.
En ambos casos, por supuesto, la gran incógnita es qué almacenar allí, y
cómo hacerlo para que en el futuro esa información se pueda
decodificar.