Uno de los temas que más está dando que hablar
últimamente es que a partir del 1 de Julio, entra en vigor la Ley de
Seguridad Ciudada, última del paquete de leyes conocido como Leyes Mordaza,
por la influencia que tiene la misma en la privacidad de los
internautas, a la hora de actitudes que hasta ahora nos parecen
“normales”, que serán consideradas un delito.
Todos somos conscientes también que cierta regulación
tiene que existir y que no haya posibilidad que actitudes que pueden
calificarse como deleznables, igualmente deberán ser perseguidas y
castigadas de forma ejemplar.
Dicho esto, sin embargo, para aquellos que están en el
limbo en sus hábitos, que no les parece que lo que se hace está mal
cuando se trata de ayudar a los demás (aunque quede en manos de un juez
calificarlo como "terrorismo"), así como aquellos que no les da la gana
que se les pueda espiar o categorizar, en base a su navegación, así como
prohibir qué es lo que puedes y lo que no puedes ver, hay diferentes
maneras de evitarlo, que quiero sumarizar en este post:
1.-) Cámbiate de país…
Bueno, tampoco hay que pasarse. No digo que haya que
hacerlo literalmente, y que tengas que mudarte físicamente, pero al
menos sí virtualmente. ¿Cómo se hace esto? La solución más sencilla es
mediante la contratación de un servicio VPN fuera de España… incluso
diría que fuera de la Unión Europea.
Este tipo de servicios modifican el “default gateway”
de la máquina, de manera que hacen que TODO, salga enrrutado a través
del túnel, haciendo que la navegación vaya cifrada hasta el punto de
salida. Desde ahí ya sale a la superficie del mar, pero a través de otro
país…. Y el ISP, no se enterará de qué tráfico estás generando.
“Oye pero es que entonces la navegación me irá más
lenta… y no me servirá de nada tener 100 Megas de bajada y….” Bueno,
entonces, para aquello que no te importe que te vean utiliza tu vida
normal, pero cuando quieras privacidad, entonces usa la VPN.
“Uffff, que coñazo, tener que estar quitando y poniendo la VPN, etc,…”
Vale,… te doy otra opción
2.-) Cómprate una VPS,… sí, en un ISP de otro país
Al igual que en el caso anterior, puedes pagar el
servicio con Bitcoins, haciendo que sea muy complicado de tracear el
origen de la compra. En ese VPS, monta un proxy, securiza bien la máquina, y haz un SSH (habiéndolo configurado de la forma más estricta posible)
con una redirección de puertos a tu proxy local. Instala una extensión
en tu navegador como SwitchySharp en el que podrás generar hasta reglas
para que la navegación que quieras salga por un proxy, por otro o de
forma directa incluso.
3.-) Say goodbye al DNS de tu proveedor… o a los de Google
Uno de los mecanismos de espionaje más centralizados
para perfilar tipos de navegación es mediante las peticiones DNS que
llegan a los servidores… y que pasan a través de tu ISP. Si en vez de
utilizar estos, usas otros, ya no les dejas esos logs en los DNS que te
proveen. Si usas los del todopoderoso Google, 8.8.8.8 y 8.8.4.4, le
estás regalando tu navegación a Google.
En este punto, alguno dirá,… claro pero es que aunque
uses un DNS de la otra punta del planeta, el protocolo va en texto claro
y es posible que, si me esniffan, puedan identificar mi navegación
igualmente. Cierto… entonces, la solución se llama OpenDNS.
Sinceramente, si estos logs se los entregan o no la
NSA, es lo de menos, pero al menos tu ISP no puede ver pasar las
solicitudes ni las respuestas.
El funcionamiento es sencillo: Instalas un programa que
hace de proxy, levanta un servicio DNS ficticio en tu máquina que
reencamina mediante HTTPS (con cifrado de Curvas Elípticas) hacia los
servidores, y devuelve las peticiones de manera muy eficiente en
tiempos.
En cambio, si navegas usando el proxy de OpenDNS, verás una web más
positiva, y aquel tráfico que vaya por HTTPS, así como las peticiones
DNS necesarias irán cifradas.
OJO,... ¿quiere decir esto que esta navegación es perfecta desde el
punto de vista de la
privacidad a ojos de tu ISP? NO... Todo el tráfico
que vaya por HTTP seguirá yendo en claro, y tu ISP seguirá sabiendo,
aunque sea por HTTPS, las direcciones IP con las que te estás
comunicando, aunque no pueda interceptar el tráfico sin que te
enteres,... al menos, no lo puede hacer, de forma conocida y pública.
Autor:
Lorenzo Martínez