Hace un tiempo una persona me decía comentaba -ante nuestro slogan de que “hacker es quien va más allá del manual de instrucciones”- que jamás agarraba un manual, y como ejemplo, me mostraba su celular, diciéndome que lo sacó de la caja y se puso a usarlo. La verdad tiene razón, desde ese punto de vista, ese slogan además está mal escrito. Cuando lo pusimos nos referíamos a cierta forma de “desobediencia”, tomando el manual de instrucciones como un conjunto de normas y pautas establecidas por sectores dominantes.

Pero mi interlocutora se refería a que los manuales de instrucciones le resultan tediosos y hasta innecesarios porque de igual manera podía utilizar el aparato y que jamás iría más allá del manual de instrucciones, porque no pensaba abrirlo. Ese slogan sigue ahí, pero sólo porque nos da fiaca abrir el svg que lo contiene para reemplazarlo.

Si bien es cierto que los teléfonos están hechos para que nunca abras el manual, también lo es que quienes jamás lo abren se la pasan preguntando cómo hacer una determinada cosa o subutilizan de maneras absurdas el potencial de un equipo por el que han pagado varios miles de pesos, por lo que no estudiar cómo funciona ni cómo usarlo es un acto de imbecilidad o por lo menos de despilfarro tecnológico, ecológico y económico. No tenés por qué leer el manual, es cierto, no tenés por qué usar el 100% de tu equipo, es cierto, pero si no vas a usar ese equipo al 100% entonces no lo compres, porque para fabricarlo se llevaron adelante una serie de procesos que dañaron al planeta, probablemente para que vos tengas tu teléfono hayan muerto un par de operarias (más si es un Samsung o un iPhone). Si no lo vas a usar, no generes mercado para eso.