Las autoridades de
Nueva York han decidido cancelar un proyecto que implicaba la instalación de cientos de
sensores con bluetooth en cabinas telefónicas de Manhattan, que iban a ser
utilizados por compañías de marketing para campañas de publicidad cuyos destinatarios eran los usuarios de
smartphones de la zona.
Según recoge el
Wall Street Journal,
el Departamento de Información, Tecnología y Telecomunicaciones de la
ciudad de Nueva York ha decidido suspender este
proyecto, todavía
piloto, que habría supuesto el envío de mensajes publicitarios a los
ciudadanos que circularan cerca de las cabinas en las que estos sensores
estaban instalados, a través de aplicaciones móviles.
El
rotativo estadounidense explica que la iniciativa ha sido paralizada
porque las autoridades no habían dado su consentimiento expreso a que
los
sensores fueran utilizados de esta manera. Al parecer, el contrato,
solicitado por una compañía llamada
Titan360,
se refería solo al permiso para ubicar anuncios en las cabinas y
acompañarlos de
sensores que únicamente serían empleados para labores de
mantenimiento. Los responsables de la empresa dijeron que estos
sensores servirían para que los trabajadores de Titan360 supieran cuándo
era necesario sustituir uno de los anuncios.
Pero Nicholas
Sbordone, jefe de prensa del Departamento de Información, Tecnología y
Telecomunicaciones, ha explicado que, después de firmar el contrato,
Titan360 hizo movimientos diferentes. Por ejemplo, firmó acuerdos con
algunos anunciantes, como el festival de cine Tribeca, para que los
usuarios que se hubieran descargado su aplicación recibieran
notificaciones de películas próximas a su ubicación. El fabricante de
los sensores, por su parte, también pactó con otras compañías, como
Barnes & Noble, enviar cupones de descuento cuando se encontraran
cerca de uno de sus establecimientos.
Así que las autoridades
neoyorquinas han comunicado que han ordenado a Titan360 que retire todos
los sensores de las cabinas de Manhattan para asegurarse de que éstos
no podrán ser utilizados con fines comerciales ni publicitarios.
Por
su parte, desde la empresa Titan360 aseguran que se trata de un
malentendido. Su vicepresidente, Scott Goldsmith, afirma que sus
ejecutivos abandonaron una de las reuniones que mantuvieron con el
gobierno de la ciudad convencidos de que podrían probar usos comerciales
en los sensores.
Desde que la futura presencia de dichos
sensores fue revelada por los medios, ésta se había topado con la
oposición frontal de muchos ciudadanos neoyorquinos. Parece que este
modelo de smart city no cuenta con el apoyo de la población.
Fuente:
TicBeat