Los datos confidenciales que se encuentran en el documento personal de
identificación (DPI) han quedado a merced de ser comercializados o
utilizados en falsificaciones o clonaciones para cometer hechos
ilícitos, debido a que
fue robado el programa de cómputo que los lee, el cual es de uso exclusivo en el
Registro Nacional de las Personas (RENAP), lo que pone en riesgo la seguridad jurídica de los guatemaltecos.
DPI: Documento público, personal e intransferible, de carácter
oficial. Todos los guatemaltecos y los extranjeros domiciliados,
inscritos en el RENAP, tienen el derecho de solicitar y obtener el DPI.
Datos confidenciales como la dirección de residencia, las huellas
dactilares, características especiales de la persona, como su origen
étnico y su nivel de escolaridad, y el nombre de los padres, todos
contenidos en el
chip que está inserto en el DPI, son los que pueden ser usados por cualquiera que adquiera
el programa que habría sido sustraído a la empresa Easy Marketing, la cual fabrica el documento de identificación que es entregado a los ciudadanos en las sedes del RENAP.
El robo del
programa consta en la denuncia penal identificada como MP
001-2013-143409, presentada el año pasado por la citada empresa en la
Fiscalía de Delitos contra la Propiedad Intelectual, del Ministerio
Público. El RENAP no se ha adherido al proceso, aunque sí tiene
conocimiento del mismo, según su director, Rudy Gallardo.
Peligran los datos
Aunque la denuncia por el robo del
programa es contra la empresa citada, fuentes consultadas aseguran que
los códigos para leer la información confidencial se estarían vendiendo al mejor postor,
lo cual deja a merced de cualquiera los datos privados que pueden ser
copiados en cualquier momento y lugar, incluso en actos cotidianos como
entregar el DPI para hacer un pago o hacer trámites donde el documento
quede fuera de la vista del propietario.
De acuerdo con Lorena Escobar, analista en temas de seguridad de la
Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), el hecho deja a
la mayoría de los guatemaltecos expuestos a diversas situaciones.
"Con la dirección podrían hacer preferencias de mercadeo o
discriminación. Se podría hacer una clasificación por edades para el
robo de propiedades, se aprovecharían de los grupos vulnerables como las
personas de la tercera edad que tengan bienes inmuebles", explicó Escobar.
La abogada afirmó que otro de los hechos en que podrían ocurrir es el
lavado de dinero, ya que se podrían abrir cuentas bancarias con DPI
falsos.
El abogado constitucionalista Alejandro Balsells calificó de "terrible"
que se pueda decodificar la información sensible y que la lleguen a
comercializar.
"Hay delitos, no se pueden comercializar los datos, y el Ministerio
Público debe perseguir a quienes lo hagan. El tema institucional tendrá
una salida, pero los ciudadanos quedamos vulnerables, lo que es
preocupante. El RENAP debe presentar una denuncia. Solo el hecho de
tener la información de los guatemaltecos es mucho poder", indicó Balsells.
Lizandro Acuña, analista en seguridad y justicia del Instituto de
Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala,
señaló que el robo tiene sentido, pues ya hay empresas que venden
listados de personas y se incluyen direcciones, correos electrónicos y
el número del DPI.
"La falta de control demuestra que existe una responsabilidad de la
empresa denunciante y del RENAP. No se tuvo las medidas de seguridad
para que la información no salga a luz pública", refirió Acuña.
Venta de datos personales
La Ley de Acceso a la Información prohíbe la comercialización de datos personales.
En el artículo 9, punto 2, se califica como datos sensibles
"aquellos
datos personales que se refieren a las características físicas o
morales de las personas o a hechos o circunstancias de su vida privada o
actividad, tales como los hábitos personales, de origen racial, el
origen étnico, las ideologías y opiniones políticas, las creencias o
convicciones religiosas, los estados de salud físicos o psíquicos,
preferencia o vida sexual, situación moral y familiar u otras cuestiones
íntimas de similar naturaleza".
El artículo 64 de esa normativa establece que
"quien comercialice o
distribuya por cualquier medio archivos de información de datos
personales, datos sensibles o personales sensibles, protegidos por la
presente ley sin contar con la autorización expresa por escrito del
titular de los mismos, será sancionado con prisión de cinco a ocho años y
multa de cincuenta mil a cien mil quetzales, y el comiso de los objetos
instrumentos del delito".
La sanción penal se aplicará sin perjuicio de las responsabilidades civiles correspondientes y los daños y perjuicios.
"No se tuvo las medidas de seguridad para guardar la información,
puede contribuir al robo de identidad, así como a la falsificación de
documentos de bienes muebles e inmuebles" dice Lizandro Acuña, analista de Ipnusac.
Es un delito
El director ejecutivo del RENAP, Rudy Gallardo, quien reconoció saber
del robo, explicó sobre las implicaciones que tiene que otras personas
utilicen el sistema, y que al vender el programa se puede incurrir en un
delito.
"No existe peligro como tal, la información que se tiene es sensible y
no está disponible al público, pero en el momento que entrego mi DPI
para que lean la información, doy el consentimiento para que obtengan mi
información. Al final de cuentas la persona que lo hace está haciendo
una base de datos, pero si luego la comercializa incurre en un delito,
pero no es viable, pues se necesitan muchos lectores de DPI", indicó Gallardo.
La empresa niega el robo
Mario Jerez Zachrisson, uno de los denunciados y quien atendió a Prensa
Libre instalaciones de Cotegsa, indicó que no tiene relación con la
empresa y que desconoce sobre la denuncia penal.
Aseguró que el programa que comercializan es propiedad de
CoTeGsa y que obtuvieron el permiso del Registro de Propiedad Intelectual, el cual mostró físicamente.
Fernando Gómez, trabajador de la empresa, dijo que se tienen un programa
que lee los DPI, pero los datos sensible siguen intactos.
"No somos los únicos que tenemos la tecnología de lectura de DPI existen otras empresas", dijo Gómez.
Fuente:
Prensa Libre