Rodrigo de la Parra está de
viaje el 35 por ciento del año. Alguna vez hizo la cuenta y la tiene,
siempre actualizada, en la cabeza. El llamado de Viernes lo encuentra en
Singapur, cumpliendo su rol de vicepresidente para América Latina de la
ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y
Números), una organización con sede en California, pero con presencia
multinacional que se encarga de gestionar algunas funciones técnicas,
pero vitales para internet, como asignar las direcciones IP y
administrar los servidores raíz, una especie de guía telefónica de
internet mundial. Mexicano de nacimiento, De la Parra trabaja hace
veinte años en gobiernos y organizaciones internacionales en temas de
gobierno de internet, pero 2014 seguramente será uno de los años más
agitados de su carrera. El diálogo con el viajero De la Parra tuvo lugar
poco antes de la reunión NetMundial que terminó anoche en Brasil,
convocada especialmente por Dilma Rousseff.
Viernes: El 14 de marzo, el Gobierno de
Estados Unidos anunció que va a comenzar a transferir funciones a la
comunidad internacional, confiando gran parte del proceso a la ICANN, la
organización de la que usted es el responsable para América Latina.
¿Cuáles son los antecedentes de este anuncio, que todos calificaron de
histórico?
Rodrigo de la Parra: Como es sabido, internet
surge en los Estados Unidos. En 1998, se crea ICANN y se hace un
contrato para que esta organización se hiciera cargo de ciertas
funciones. Eso es un primer intento de globalizar. Antes, el que se
hacía cargo de esas funciones era el Gobierno de Estados Unidos. Después
de 15 años, el Gobierno decidió dejar el contrato sin efecto para
empezar un diálogo, que está pautado para septiembre de 2015, donde nos
encarga a ICANN un proceso multisectorial, donde invitemos a todos los
interesados para decir cómo debe ahora ser sustituido el rol que tenía
el Gobierno de los Estados Unidos sobre
internet. En este proceso es
importante el lugar que hoy tiene ICANN, que comenzó siendo una
organización más pequeña y con el tiempo ha ido creciendo y madurando.
Hoy tenemos presencia en todas las regiones y procesos muy serios de
trabajo.
V.: ¿Cuál es el reto más difícil de este proceso?
R. de la P.:
El reto más grande es que no se involucren todos los actores. Está el
llamado para hacerlo a todas las organizaciones, incluidos los grupos de
usuarios de
internet de todo el mundo. También nos estamos acercando a
los gobiernos, con llamados de forma individual, diciéndoles que
necesitan estar presentes en este momento histórico de transición porque
lo más importante es que se escuche su voz. El anuncio de Estados
Unidos dice muy claro que ellos dejan esta función, pero que no la dejan
a un foro intergubernamental. No la dejan a muchos gobiernos, sino a un
nuevo tipo de gobierno con diversos actores.
V.: ¿Cuánto influyeron las revelaciones de Edward Snowden y el espionaje de la NSA para tomar esta decisión?
R. de la P.:
Esta discusión sobre el gobierno de internet existe desde antes de las
revelaciones de Snowden, pero se intensificó en los últimos dos años en
distintos foros internacionales. Se estaba evidenciando una polarización
de posiciones entre un grupo de países que proponían un modelo de
gobierno de internet más intergubernamental y otro que velaba más por el
statu quo. Internet surgió y floreció en un ambiente de libertad, pero
ahora debemos pasar a un modelo que nosotros llamamos multistakeholder
-o de múltiples actores-. En este modelo tienen que participar los
gobiernos, pero en igualdad de condiciones con otros sectores como el
privado, la sociedad civil, la academia y la comunidad técnica. El
anuncio denota una muy buena dosis de voluntad política por parte del
Gobierno de los Estados Unidos, pero trata de una parte pequeña del tema
de gobernanza de internet: la coordinación de lo que llamamos recursos
críticos de internet, básicamente las direcciones IP y los nombres de
dominio. La agenda de la gobernanza de
internet es mucho más amplia,
incluye también la protección a los datos personales, la propiedad
intelectual, la neutralidad de la red.
V.: Usted mencionó tres posiciones: una intergubernamental, otra más statu quo y en el medio la de múltiples partes. ¿Cuáles son las diferencias?
R. de la P.: Hay
un grupo de países como Rusia, China o Siria que quieren que los temas
de gobierno de internet sean tratados en foros intergubernamentales del
estilo Naciones Unidas. Muchos otros gobiernos, la mayoría del sector
privado y la propia sociedad civil se han pronunciado en contra de eso.
La razón es que internet ha florecido sin necesidad de que haya una
regulación central, ni siquiera una promoción por parte de los
gobiernos. Internet creció a partir de la conexión de diversas redes,
por distintos esfuerzos de diversas personas. Luego se convirtió en el
invento colaborativo más grande de la
humanidad, donde todos cooperan.
Sin embargo, hay ciertos temas que requieren de un insumo muy importante
por parte de los gobiernos.
V.: ¿Cuáles son los temas que faltan en la agenda de internet de los gobiernos?
R. de la P: Creo
que en los temas de seguridad los gobiernos podrían tener una
participación más importante. Hay temas de protección de datos, de
propiedad intelectual, que deben tener un componente de análisis
gubernamental. Pero deben considerar todas las voces. Y eso es un gran
reto incluso para los gobiernos más abiertos, porque ellos también están
bajo esquemas jurídicos que internet va a cuestionar. La imposición de
reglas o actos de autoridad no siempre sirve para resolver conflictos en
internet sino que hay que implementar mecanismos de cooperación con
otros actores. Por ejemplo, hay una discusión muy fuerte sobre los temas
de seguridad y los de privacidad. Algunas personas los ven como temas
opuestos. Dicen que si tienen que hacer más segura a la red se puede
limitar un poco la privacidad de las personas. En la realidad, lo que se
necesita es un punto medio.
V.: La ICANN apoya el modelo múltiples actores, pero otros lo critican. ¿Cómo lo definiría?
R. de la P.:
Yo creo que está pasando algo histórico y espero que este modelo de
múltiples se consolide. Para mí, es como una evolución de la democracia,
porque no se trata solamente de consultarle al sector privado o al
Gobierno, sino que entre todos podamos tomar decisiones en torno a
internet. Es un ejercicio sociológico por demás interesante. Otra
característica es que las decisiones puedan tomarse más desde arriba y
no sean impuestas. Es un momento de optimismo. Tenemos la
responsabilidad de una comunidad global multipartita de internet y
tenemos que estar a la altura.
V.: Una crítica de este modelo
es que anuncia la búsqueda de consenso, pero se trata de preservar el
statu quo, donde cada actor empuja por su agenda pero no escucha en
realidad al otro. ¿Cuál es su respuesta?
R. de la P.: Creo
que en parte es cierto: cada uno de los actores tiene que cuidar su
propia agenda. Pero eso para mí es positivo. Si tú eres un miembro de la
sociedad civil reclamarás para que se respeten principios como la
libertad de expresión. El sector privado pedirá una red abierta que
permita la innovación. Y los gobiernos velarán porque el interés público
se siga cumpliendo. Eso no está mal y es lo que justamente enriquece la
discusión. Todos los actores están de acuerdo en preservar internet.
Todos la usamos, los gobiernos incluso la usan porque tienen servicios
de gobierno electrónico. Pero es algo nuevo. Los gobiernos están
acostumbrados a tener el control de las cosas y ahora hay un proceso de
aprendizaje, de cómo trabajar de la mano en igualdad de condiciones con
otros actores.
V.: La Cámara de Diputados de Brasil aprobó
la ley de Marco Civil de Internet. Algunos creen que sería un excelente
modelo de una ley de derechos de internet para otros países. ¿Qué opina?
R. de la P.: Creo que sí hay posibilidad. También, que a
cada país le pueden funcionar esquemas diferentes, pero es positivo
tener por lo menos una instancia de coordinación como la que ellos
tuvieron para trabajar el proyecto de ley. En México, por ejemplo, se
inició el Grupo de Iniciativa, que todavía es muy informal, pero está
trabajando en temas de gobernanza de internet con múltiples actores. Lo
mismo está sucediendo en Colombia. Yo veo la oportunidad, aunque no sé
si en todos los casos va a culminar en una ley. Pero sería ideal. Es muy
bueno tener un marco jurídico para internet aprobado a través de los
propios procesos democráticos de un país.
V.: En este panorama, ¿cómo ve a la Argentina?
R. de la P.:
En la Argentina es difícil, pero también están avanzando. He tenido
conversaciones con gente del Gobierno y por supuesto con los demás
actores. La Argentina es un caso especial, es uno de los pocos países en
América Latina que tiene representación en todos y cada uno de los
grupos internacionales, de forma individual, y la reunión de ICANN en
Buenos Aires del año pasado fue un buen detonante. Pero no hay en el
Gobierno una instancia, un ministerio, una secretaría que tenga la
agenda del gobierno de internet o de los temas alrededor de eso. Hay
hasta 10 o 15 agencias gubernamentales a las que el tema les toca. Pero
también debe haber una coordinación gubernamental para ver cómo hacemos
(ndr: esta semana se acaba de crear una comisión bajo el ámbito de la
Secretaría de Comunicaciones). Hay países que han avanzado, como
Uruguay, con AGESIC, que coordina a varias dependencias. O en el Comité
de Internet de Brasil, donde participan varias dependencias. Yo creo que
todos los países tienen la oportunidad y que la Argentina tiene las
condiciones para hacerlo, pero cada uno avanzará a su ritmo.
Por: Natalia Zuazo
Fuente http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=738230