
l artículo de hoy tiene como finalidad
darte a conocer qué se entiende por el Síndrome de Solomon y qué
repercusión tiene dicho síndrome entre los alumnos de un aula. Porque
hablar sobre el Síndrome de Solomon es hablar de la importancia del
miedo a destacar, es hablar de la presión que ejerce el grupo sobre
determinados alumnos que sobresalen en el aula por su esfuerzo, sus
conocimientos y sus valores. Así que no te entretengo más y paso a
enseñarte qué se entiende por el Síndrome de Solomon y de qué manera
podemos ayudar a que nuestros alumnos ganen en confianza y superen el
complejo de inferioridad y la envidia de sus semejantes. ¿Me acompañas?

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¿En qué consiste el Síndrome de Solomon?
Se podría decir que el Síndrome de
Solomon es un trastorno que tiene como particularidad que la persona que
lo padece evita destacar o sobresalir por encima de las otras personas,
por encima de un grupo, debido a la presión que dicho grupo ejerce
sobre él por distintos motivos. Ahora que sabes qué es el Síndrome de
Solomon, te estarán viniendo alumnos tuyos que expresan o experimentan
un miedo o un recelo a destacar sobre el resto de sus compañeros ante un
logro.
La presión del grupo. El experimento de Solomon Ash
No quiero continuar este artículo sin
antes hablarte del psicólogo estadounidense Solomon Ash. Fue en el año
1951 cuando este investigador realizó un experimento que iba a ser
crucial para entender la presión del grupo sobre un individuo.
Concretamente, el experimento que realizó Ash consistió en visitar un
instituto para llevar a cabo una prueba relacionada con la conducta
humana y muy influida por el entorno o presión social. Para la
realización de dicho experimento contó con la ayuda de 123 estudiantes.
Este fue el experimento que llevó a cabo.
Solomon Ash seleccionó a siete alumnos y
los juntó en una clase. Estos alumnos se compincharon con Ash. Junto
con estos siete alumnos Ash seleccionó a un octavo alumno al que hizo
creer que participaba junto con los otros siete alumnos en una prueba de
visón.
La prueba de visión realizada por Ash,
que se había hecho pasar por oftalmólogo, consistía en distinguir
diversas líneas verticales con longitudes diferentes. No entraré en
detalles sobre el experimento porque quiero centrarme el en objeto y
resultado del mismo. Ash realizó una pregunta tan fácil como obvia a los
siete alumnos compinchados y cada uno respondió de manera incorrecta,
pese a la facilidad de la respuesta. Tras las siete respuestas erróneas
tocaba el turno al octavo alumno, el alumno que no estaba compinchado y
que había oído y presenciado las respuestas incorrectas de los siete
alumnos que le precedían. Este mismo procedimiento se llevó a cabo 18
veces con los 123 alumnos.
El resultado fue verdaderamente
sorprendente. Solomon Ash comprobó que tan sólo una cuarta parte de los
participantes no compinchados respondió correctamente todas las veces
que realizaron las pruebas de visión; las tres cuartas partes restantes
confesaron que en algún momento se dejaron influir por la respuesta de
los siete alumnos compinchados. De hecho, los alumnos no compinchados
confesaron a Ash que habían dado la respuesta errónea sabiendo a ciencia
cierta que era errónea y que, si lo hicieron en algún momento, fue por
miedo al ridículo, entre otras razones.
Tras este experimento Solomon Ash llegó
concluyó que las personas están mucho más condicionadas por el entorno
de lo que ellas creen. Para Solomon Ash:
“La
conformidad es el proceso por medio del cual los miembros de un grupo
social cambian sus pensamientos, decisiones y comportamientos para
encajar con la opinión de la mayoría”.
El Síndrome de Solomon en el aula
El Síndrome de Solomon es un síndrome
que habita en muchas de las aulas de los centros educativos. Y existe
porque hay alumnos que padecen una baja autoestima y temen destacar
porque relacionan el éxito escolar con la marginación del grupo o parte
del grupo clase. Porque lo que pasa en el aula en muchas ocasiones es un
reflejo de lo que sucede en la sociedad.
De ahí que sea tan importante trabajar
con los alumnos la importancia de una correcta gestión de las emociones
que permita a determinados alumnos destacar por lo que saben, lo que
aprenden y lo que enseñan al resto del grupo. De lo que se trata es de
que estos alumnos no se sientan vulnerables frente a la posible presión
que ejerce un grupo clase. Por eso es por lo que hay que luchar contra
la envidia, la burla, la marginación o la amenaza.
Es un hecho que la condición humana ha
tenido un miedo inherente a destacar y a sobresalir por encima de un
grupo por lo que supone de diferenciación y por el peligro de exclusión
que lleva implícito. Porque para sobresalir de un grupo sólo será
posible con una correcta gestión de las emociones.
Algunas pautas para que tus alumnos superen el Síndrome de Solomon
Tengo el pleno convencimiento de que
para que tus alumnos superen el Síndrome de Solomon es imprescindible
que como docente des un paso al frente en el aula y, a partir de la
observación del grupo, tomes conciencia de las fortalezas y debilidades
del mismo. Pero, ¿cómo puedes combatir el Síndrome de Solomon en el
aula? Aquí van algunas orientaciones:
- Promover la conciencia de grupo.
Es fundamental que el grupo logre estar unido y se considere sólo uno.
Para ello es recomendable realizar dinámicas de grupo en el aula para
reforzar los lazos de unión entre todos los alumnos.
- Promover el refuerzo positivo incondicional.
Hay que aprender a premiar el esfuerzo, y hacerlo a través de la
palabra, verbalizando y tomando conciencia ante un logro de un alumno.
Para saber cómo responder ante el logro de un alumno te remito al
siguiente enlace.
- Premiar el error. Sí, has
oído bien. Tan importante es celebrar el logro de un alumno como el
error. Hay que hacer ver a los alumnos que se puede destacar desde el
error y que el error es una forma más de aprendizaje.
- Fomentar el cooperativismo.
Otro recurso muy válido para superar el Síndrome de Solomon es a través
de los grupos de trabajo o aprendizaje cooperativo. Mediante esta
metodología los alumnos aprenden el valor y la importancia de la ayuda
mutua.
- Practicar actos de bondad.
Practicar la bondad para vencer la envidia. Si quieres ver un ejemplo de
cómo realizar un acto de bondad en el aula, te recomiendo la lectura de
este enlace.
- Fomentar la resiliencia. La
resiliencia permite al alumno asumir con flexibilidad situaciones que le
ponen al límite. Mediante la resiliencia el alumno gana en
autoconfianza.
- Fomentar la asertividad. Ser
asertivos consiste en decir lo que uno piensa sin la necesidad de
gritar ni ofender al otro. El Síndrome de Solomon viene, de hecho,
porque las personas que lo padecen son poco asertivas y prefieren el
silencio a la réplica. De ahí que sea tan importante que aprendan a ser
asertivos ante un logro.
El Síndrome de Solomon. A modo de conclusión
Luchar contra las críticas, contra la
envidia, contra la intolerancia es algo que tus alumnos deben asumir
como parte de su crecimiento integral. Se trata, por tanto, de que tomen
conciencia de que sobresalir en esta sociedad es algo positivo porque
se fundamenta en la cultura del esfuerzo y de la honestidad. Es
fundamental que tus alumnos aprendan a admirar las cualidades de sus
compañeros, valoren su esfuerzo y sean capaces de verbalizarlo de forma
asertiva. Hay que desterrar de una vez por todas el miedo a destacar en
las aulas y promover una cultura del reconocimiento, del esfuerzo
constante y diario donde los méritos individuales puedan trascender al
grupo clase. Este es mi deseo y esta ha sido la razón por la que he
querido darte a conocer el Síndrome de Solomon. Espero y deseo que su
lectura haya sido de tu agrado.
Autor

Ejerce
como docente en el Instituto IES M. Àngels Cardona de Ciutadella
(Menorca) Apasionado de la Educación y el uso de las TIC en el aula, es
también el autor del blog educativo con recursos gratuitos para docentes
y estudiantes titulado Justifica tu respuesta.