06/07/13
La relación que establecen los chicos con la tecnología dio
lugar a una serie de creencias que, en su mayoría, quedaron instaladas
como verdad absoluta. Una investigación publicada en la revista Chilhood Education
indagó en los mitos más arraigados de la cultura cibernética. Lo que
motivó este estudio fue la gran cantidad de preconceptos sobre peligros y
beneficios de exponer a los niños a tabletas, celulares, computadoras,
consolas o DVD. Nadie tenía evidencia concreta, pero todos opinaban.
Según
detallan Lydia Plowman y Joanna McPake, las dos investigadoras
británicas, se analizaron 50 familias con hijos de 3 o 4 años. La
metodología consistió en visitas periódicas durante 12 meses. La
finalidad fue participar de la experiencia cotidiana entre padres e
hijos, sólo como oyentes. Así, elaboraron esta lista con los 7 mitos más
comunes y su explicación:
1. Niñez y tecnología no se unen
La mayoría de los padres trazan un equilibrio entre el uso de la
tecnología y las actividades recreativas tradicionales. Una vez logrado
este balance, muchos se alarmaban al pensar que el uso del celular
podría afectar su salud o que los videojuegos fueran a provocarle una
adicción. Lo que se descubrió es que en ningún caso la tecnología
repercutió perjudicialmente en la conducta de los chicos o el
aprendizaje de quienes se pasaban mucho tiempo frente a la pantalla.
Sin
embargo no todos piensan que esto es lo correcto. Roxana Morduchowicz,
doctora en comunicación y culturas juveniles, explica que “la relación
de los chicos con las pantallas es un tema controversial. Lo indicado es
que hasta los tres años no tengan contacto con ellas. Ellos están
descubriendo el mundo real y la pantalla les ofrece un mundo
imaginario”.
2. Los niños son nativos digitales
Es habitual escuchar que un chico de 3 o 4 años, lo que se conoce como
nativo digital, se conecta mucho mejor que sus propios padres, que son
los inmigrantes digitales, con cualquier dispositivo. Según la
investigación, muchos chicos no se sienten tan cómodos como se supone.
En muchos casos, su objetivo es imitar a los adultos, por lo que esa
facilidad para relacionarse no siempre es cierta.
A respecto,
Guillermo Ribon, profesor de la licenciatura en Psicología de la UADE,
expone que “lo que podría definir a los Nativos Digitales no es sólo una
cuestión generacional ni meramente contextual. No alcanza con haber
nacido en determinada fecha ni estar inmerso en un mundo plagado de
tecnología para ser definido como un nativo. Las variables
generacionales y contextuales son una condición necesaria pero no
suficiente para que esto ocurra”.
3. La tecnología interfiere en las relaciones sociales
El mayor desarreglo que se le atribuye a las pantallas es intensificar
el aislamiento. La percepción general es que los chicos prefieren la
contemplación pasiva antes que cualquier otra actividad. Esta deducción
tampoco es válida, ya que en muchos de los hogares considerados, la TV
estaba todo el día encendida y los chicos, pese a tener sus series
favoritas y de mirarlas una y otra vez, hay momentos que la ignoraban. Y
elegían agarrar los muñecos de esas series y jugar con ellos o vestirse
con sus ropas.
“Hasta los tres años es preferible que los chicos
no tengan contacto con las pantallas, ya que más adelante, les espera un
mundo de ellas. El consumo excesivo –sea de televisión, videojuegos o
lectura– es perjudicial para cualquier edad. La clave es ofrecer
diferentes bienes culturales a los hijos”, propone Morduchowicz.
4. La tecnología domina la vida de los niños
Los niños se deslumbran por los objetos que su entorno les enseñó a
valorizar. Desde la cuna, las formas brillantes encandilan los ojos de
los bebés. Cuando aprenden a desear, la primer gran aspiración es poseer
su propia pantalla.
Afirmar que la tecnología domina la vida de
los niños es otro mito. Si bien es cierto que las nuevas tecnologías han
generado un gran impacto en sus vidas produciendo nuevas formas de
comunicación.
“La relación del niño con la tecnología es mediada
por los adultos a cargo de sus procesos de socialización. Son estos, los
adultos, los que definen el universo tecnológico en el cual se va a
desarrollar el niño y el tipo de relación que el niño va a tener con
este. Y es esta relación triádica (niños- adultos- tecnologías) la que
va a definir el grado de dominio que el niño va a tener sobre los
distintos instrumentos tecnológicos disponibles a su alcance” concluye
Ribon.
5. Jugar es aprender Muchos
especialistas entienden que la mejor forma de aprendizaje es lúdica.
Pero los intentos de la tecnología por instruir, no siempre son
efectivos ya que no logran sostener la atención de los menores.
6. Lo interactivo es educativo
Es una de las creencias más arraigadas. Muchos de los productos para
niños emplean el concepto de interactivo porque se estableció que este
sistema es capaz de aumentar la concentración y en consecuencia, lograr
un mayor progreso en la lectura y escritura. Los autores del estudio
reconocen que este tipo de materiales pueden proveer cierta motivación
inicial para el aprendizaje, aunque raramente se mantiene constante. “La
interacción tecnológica es más escasa que la humana, y hasta el momento
ninguna tecnología es suficientemente inteligente para adaptarse a
alguien que está aprendiendo a leer del modo en que lo haría un
maestro”, dicen las conclusiones.
7. Los niños necesitan dominar los conocimientos tecnológicos
Muchos padres quieren preparar a sus hijos para el futuro y qué mejor
que la tecnología para abrir las puertas del porvenir. El razonamiento
que acompaña este criterio es: si de chicos no se familiarizan, de
grandes les va a generar rechazo. En cambio, otros piensan que no vale
la pena porque todo evoluciona velozmente, y lo que aprendan hoy no va a
perdurar cuando vayan al colegio. La conclusión es que no hay motivos
para preocuparse porque no se puede saber qué necesitarán en el futuro.
Fuente http://www.clarin.com